¿Quién es?: Latinoamérica produjo algunos de los compositores más importantes del siglo XX. Pero, aparte de los archiconocidos como Héitor Villa-Lobos y Alberto Ginastera, vale la pena rescatar de la oscuridad a nombres mucho menos famosos, como el ecuatoriano Luis Humberto Salgado.
Nació en Cayambe, un pueblito cerca de Quito, y creció y vivió el resto de su vida en la capital ecuatoriana. Los fundamentos de la música se los enseñó su padre, el compositor nacionalista Francisco Salgado Ayala, quien, a su vez, fue discípulo del compositor italiano Domenico Brescia (quien promovió el nacionalismo musical en Chile y Ecuador antes de establecerse permanentemente en Estados Unidos). Realizó sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música de Ecuador, de donde se graduaría como pianista en 1928.
Su hermano menor, quien fue pianista, diplomático y el primer latinoamericano en estudiar en el Conservatorio de Moscú, le enviaba copiosas cantidades de partituras, tratados y libros, que le permitieron mantenerse al día con los desarrollos musicales en Europa y, en cuanto a composición, fue prácticamente un autodidacta. Su estilo musical combinaba libremente un nacionalismo derivado de sus estudios de la música folclórica y popular ecuatoriana con el neoclasicismo, el politonalismo y el serialismo. Escribió alrededor de 200 obras: cuatro óperas (la primera, Cumandá, una epopeya de cinco horas que adapta una novela ecuatoriana del mismo título; las otras tres forman una trilogía inspirada en la historia del cristianismo en el Imperio Romano), cinco ballets, una ópera-ballet, una opereta, nueve sinfonías, ocho conciertos, tres poemas sinfónicos, dos misas, música de cámara, para piano, canciones y piezas de música popular.
¿Por qué no es más famoso?: Como nunca viajó ni tuvo contactos fuera de su país, Salgado no tuvo absolutamente ningún medio de hacer que su música fuese conocida a nivel internacional.
A pesar de que fue una figura muy respetada como profesor, escritor, crítico musical, pianista y por las tres veces que sirvió como director del Conservatorio Nacional, sus propias obras fueron incomprendidas por los otros músicos y el público en general. Además, sus obras en los géneros mayores siguieron estando sin estrenar por muchos años tras su muerte debido a que en Ecuador no existían orquestas capaces de interpretarlas y el que se señalara esto era visto como una afrenta al orgullo nacional; por ejemplo, su tercera sinfonía sólo fue estrenada hasta 2017, 60 años después de ser escrita. Y los pocos que se han interesado en promover su obra, sin ánimos se ofender, no son precisamente la clase de músicos virtuosos que su obra demanda.
Sumen a lo anterior el lamentable estado de conservación en el que se encuentra la obra de Salgado (montones de piezas están dañadas, incompletas o se han perdido para siempre): a su primera sinfonía le falta el finale, el cual existe sólo en una versión revisada y simplificada que fue reciclada de una muy posterior Sinfonía de Ritmos Vernaculares; la versión original de su quinta sinfonía se ha perdido para siempre y tuvo que ser reorquestada a partir de una reducción para piano; su sexta sinfonía está en un estado deplorable, muy sucia y casi ilegible; la versión original de su novena sinfonía también ha desaparecido; de su concierto para violín sólo queda la parte solista; de su concierto para viola no hay el menor rastro y…
¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con estas sinfonías…
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