¿Quién es?: Este músico, que nació y vivió toda su vida en Pistoia, es el compositor de la música para piano más antigua que se conoce hasta la fecha (doce sonatas para ese instrumento), antecediendo a cualquier otra música para piano por unos treinta años. También fue uno de los primeros compositores del Clasicismo, aunque vale la pena señalar que sería más preciso describirlo como un compositor de la transición entre el Barroco tardío y el Clasicismo más temprano.
¿Por qué no es más famoso?: Porque es una figura increíblemente oscura; se sabe muy poco de su vida (de ahí el signo de interrogación) y la inmensa mayoría del resto de su producción, que consistía exclusivamente de obras corales litúrgicas, se ha perdido para siempre, dejando nada más que unas pocas arias sueltas y…
Y sus sonatas para teclado tienen algo de inexplicables. En esa época sólo existían un puñado de pianos (o “gravicembalo col piano e forte” como se llamaba originalmente el instrumento… menos mal que le acortaron el nombre) en el mundo y todos eran propiedad de la nobleza. Sabemos que este libro de sonatas fue un encargo de la corte portuguesa, que era uno de los pocos lugares donde el piano era tocado con regularidad, pero nadie tiene la menor idea de porque escogieron a Giustini de todos los compositores (mi hipótesis es que ninguno de los otros compositores de la era les devolvía sus llamadas) ni de porque aceptó el encargo ni de porque fueron publicadas habiendo tan pocos pianos. Aunque se supone que estas piezas pueden tocarse tanto en un piano como en un clavecín, los que han intentado tocarlas con este último instrumento dicen que realmente no funcionan en uno de esos.
¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Pues con lo único que hay para escuchar. A pesar de que son piezas muy sencillas, como era de esperarse, y de todos los cambios que ha experimentado la música para piano a largo de todos estos años, se sostienen sorprendentemente bien. Sólo escuchen:
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