La Gloria: Si Weiss no es el compositor e intérprete del laúd más importante de todos los tiempos, tanto por el volumen como por la calidad de su obra, al menos forma parte del Top 5. Se piensa que compuso más de mil piezas individuales, de las que sobreviven unas 850; la mayoría de estas son para el instrumento solo, aunque también compuso música de cámara y conciertos (pero, en esos casos, sólo ha sobrevivido la parte solista). Este niño prodigio que actuó a los siete años ante el emperador Leopoldo I de Habsburgo, además, en su época fue el solista mejor pagado de la corte de Dresde y fue amigo de Johann Sebastian Bach, con quien competía en improvisación.
¿Qué salió mal?: Aparte de todas las razones por las que los compositores del Barroco cayeron en el olvido (que ya he mencionado en repetidas ocasiones y ni siquiera voy a poner un link para que las lean), también hay que considerar que Weiss, como era la costumbre entre los virtuosos, casi nunca publicaba su obra (de hecho, sólo publicó una pieza en vida) para mantener un monopolio sobre esta. Y esta está escrita en un formato que resultaba incomprensible hasta relativamente poco.
Y luego está el inmenso problema de que el laúd cayera en desuso en la segunda mitad del siglo XVIII. Aunque su obra empezó a ser revivida en la década de 1980, es muy poco probable que algún día su figura experimente una rehabilitación en toda la regla dado que para la inmensa mayoría del público moderno el laúd es “la guitarra esa con forma de caparazón de tortuga”.
¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Espero que estas tres sonatas (una palabra que significa algo muy distinto en el Barroco) les sirvan para darse una idea de sus capacidades…
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