lunes, 31 de julio de 2023

Charles Lecocq (1832 - 1918)


Categorías a las que pertenece: Glorias olvidadas.

La Gloria: Admitido en el Conservatorio de París en 1849, estudió armonía con François Bazin, órgano con François Benoist y composición con Jacques Fromental Halévy (él no tuvo una buena opinión de Halévy como profesor). Entre sus compañeros de clases estuvieron Bizet y Saint-Saëns; este último se convertiría en amigo de toda la vida de Lecocq y nunca dejó de admirar su música. En 1854 tuvo que dejar el Conservatorio para ayudar a mantener a sus padres al dar lecciones de música y tocar para clases de danza.

Cuando Lecocq dejó el Conservatorio, el género de teatro musical popular conocido como opereta se estaba volviendo popular. En 1856, Jacques Offenbach, su principal exponente, organizó una competencia abierta para aspirantes a compositores que consistía en ponerle música a un libreto, Le docteur miracle, escrito por Ludovic Halévy y Léon Battu. Los ganadores del primer lugar ex aequo fueron Bizet y Lecocq. La versión de Lecocq de Le docteur miracle recibió once representaciones en el teatro de Offenbach, pero este primer éxito fue seguido por once años de obscuridad y trabajo rutinario como profesor, acompañante y répétiteur.

Su primer éxito sustancial lo obtuvo en 1868 con Fleur-de-Thé (“Flor de té”), una opéra-bouffe de tres actos que aprovechaba el interés en el Lejano Oriente de la época.

La Guerra Franco-Prusiana llevó al ascenso de Lecocq: esta provocó la caída del Segundo Imperio, con el cual Offenbach había sido estrechamente identificado en la mente popular, así como hacer que resultara sospechoso su origen alemán. Mientras Offenbach se esforzaba por reestablecerse en los teatros parisinos, Lecocq comenzó a ocupar su lugar y se convirtió en su más prominente sucesor en la década de 1870 y a principios de la de 1880 con obras como Les cent vierges (“Las cien vírgenes”, 1872), La fille de Madame Angot (“La hija de Madame Angot”, 1872) y Giroflé-Girofla (1874). Los dos músicos habían desarrollado una aversión el uno por el otro desde los tiempos de Le docteur miracle; estos eventos hicieron que esta escalara hasta una agria rivalidad entre los dos. Offenbach empezó a recuperar su popularidad en 1878 con Madame Favart, pero murió en 1880.

Lecocq escribió 21 opéras comiques, 12 opéras bouffes, ocho opérettes, dos «opérettes bouffes», dos «opérettes de salon», dos «saynètes», y una obra de cada una de las siguientes: «bluette bouffe», «comédie-musicale», «féerie», «folie parée et masquée», «opéra monologue», «pantomime», «scéne», «vaudeville» y «vaudeville-opérette». Sus pocas obras serias incluyen la ópera Plutus (1886), que no fue un éxito, y el ballet Le cygne (1899). Aparte de sus obras para los escenarios, Lecocq compuso alrededor de cien canciones, incluyendo algunas basadas en fábulas de La Fontaine y un set de 20 “Les chansons d’amour”, y cuatro volúmenes de piezas para piano (incluyendo mazurcas dedicadas a Bizet).

¿Qué salió mal?: Aunque siguió componiendo hasta pocos años antes de su muerte, sus obras posteriores a 1882 nunca alcanzaron el mismo nivel de admiración.

Mientras que las operetas de Offenbach son revividas frecuentemente, las de Lecocq sólo lo son esporádicamente, y son vistas más como curiosidades de anticuario. Para las ocho temporadas de 2012 a 2020, el archivo internacional Operabase registra diez producciones realizadas o planeadas de cuatro piezas de Lecocq. Para el mismo periodo de tiempo, Operabase registra más de 500 producciones de casi 40 piezas diferentes de Offenbach.

Se dice que Lecocq buscaba conscientemente elevar la opereta de la satírica y alocada opéra-bouffe de sus predecesores hacia el supuestamente más elevado género de la opéra-comique… y ese fue su gran talón de Aquiles: su música era demasiado refinada para las audiencias de las operetas. Durante un breve periodo en las décadas de 1870 y 1880 se logró convencer al público de que estaban interesados en operetas más elegantes, pero esa idea, eventualmente, pasó de moda. A su música simplemente le faltaba la alegre vulgaridad y los efectos burlones de músicos como Hervé (el que presentó el género) o la inmediatez de las melodías de Offenbach. Lecocq, a diferencia de su predecesor, Offenbach, o de su sucesor, André Messager (considerado el último compositor de operetas verdaderamente importante)[1], no podía, o no quería, cambiar su estilo musical para que se correspondiera con los cambiantes gustos del público.

Añadan a todo lo anterior el que Lecocq confiara demasiado en su talento como músico, por lo cual aceptaba con frecuencia trabajar con libretos de poco mérito, particularmente al principio de su carrera.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con La fille de Madame Angot, no sólo su mayor éxito sino una de las operetas francesas más exitosas de todas y la pieza suya que es revivida con mayor frecuencia (algo que aquí es extremadamente relativo)…


Notas:

[1] A Messager también pude haberlo incluido en este blog pues, de sus ocho ballets y 30 opéras comiques, opérettes y otras obras para los escenarios, las únicas piezas suyas que se han mantenido en el repertorio son el ballet Les Deux Pigeons (1886) y la opéra comique Véronique (1898).

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