¿Quién es?: Nació en una familia de la nobleza italiana con raíces españolas por parte de su madre. Recibió una educación que él mismo llamó “medieval”: un tutor privado le enseñó latín, ajedrez y esgrima. Estudió música con Giacinto Sallustio en Roma y luego con Walter Klein, un discípulo de Schönberg, en Viena. También estudió con un discípulo de Skriabin en Suiza. En su juventud frecuentó la casa de Respighi en Roma y fue un entusiasta de Luigi Russolo. Se convirtió en uno de los primeros adeptos italianos del dodecafonismo. Su estilo musical era originalmente una mezcla del dodecafonismo de Berg con el contrapunto de J. S. Bach, enriquecido con influencias tan diversas como Russolo, Skriabin y Bartók.
A finales de la década de 1940 sufrió una profunda crisis psicológica, en parte debido a que su esposa se divorció de él. Durante su internamiento en un hospital psiquiátrico se la pasaba tocando durante horas seguidas una sola nota (un la bemol); esta fue la génesis de su estilo de la segunda mitad de su vida, en el que una sola nota es alterada por el tratamiento de sus armónicos e inflexiones microtonales, tímbricas, dinámicas, de volumen, de densidad, de tempo o de octava. Este estilo lo convierte en precursor del espectralismo y el experimentalismo estadounidense de la segunda mitad del siglo XX. De hecho, conoció y fue amigo, colaborador y mentor de muchos de los representantes de ambos movimientos. El famoso Ennio Morricone también fue admirador suyo.
Hizo numerosos viajes a Oriente (visitó la India y algunos dicen que llegó hasta el Tíbet), en los que descubrió la espiritualidad y la música orientales, aunque su primer contacto con culturas no europeas fue en un viaje a Egipto en 1927. Se metió en el yoga y el misticismo de Helena Blavatsky, G. I. Gurdjieff y Sri Aurobindo. Sus obras empezaron a utilizar títulos en latín, griego antiguo, egipcio, asirio, sánscrito, maya y hasta palabras de origen desconocido. Terminó rechazando toda noción de “composición” y “autor” en favor de la improvisación; incapaz física y psicológicamente de transcribir sus improvisaciones, las grababa en cinta magnética y las confiaba a copistas. Así se formó alrededor de Scelsi un círculo privado de asistentes e intérpretes con los que colaboró estrechamente. Esta manera de proceder ha hecho que muchos afirmen que Scelsi no era el autor de sus obras (el compositor Vieri Tosatti, unos de sus antiguos colaboradores, en particular, ha sido muy vocal a la hora de afirmar que él es el verdadero autor de su obra). Scelsi llegó a ver la creación artística como un medio para comunicar una realidad más elevada y trascendental al oyente. Desde ese punto de vista, el artista se considera un mero intermediario y Scelsi creía ser un mensajero de los dioses hindúes. Por este motivo llegó a negarse a que lo fotografiaran y a que se distribuyera su imagen y prefirió identificarse con un círculo con una línea debajo, un símbolo zen.
Escribió más de 150 piezas en casi cada género, excepto música para los escenarios. Hay que señalar que él mismo destruyó muchas de sus obras anteriores al nuevo estilo posterior a su crisis psicológica por considerarlas demasiado académicas. Dejó la composición en 1976.
¿Por qué no es más famoso?: Scelsi era demasiado iconoclasta como para conseguir otra cosa que la hostilidad de los otros compositores y la indiferencia del gran público. Fue sólo en la década final de su vida que su obra fue “descubierta” por una generación de jóvenes compositores y hoy en día tiene cierta popularidad de culto entre los aficionados a la música postmoderna.
¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con este par de piezas…

No hay comentarios:
Publicar un comentario