martes, 12 de septiembre de 2023

Curiosidades históricas: Ernest Reyer (1823 - 1909)


¿A qué categorías habría pertenecido?: Compositores de culto.

¿Quién es?: Muchos de los contemporáneos de Reyer lo veían como un compositor serio e innovador, con un pronunciado gusto por el exotismo (como se verá dentro de poco) y que seguía su propio camino sin cortejar el favor del público. Su estilo musical era muy deudor de Berlioz, quien fue su mentor y amigo personal y llegó a acompañarlo en su lecho de muerte. Berlioz, a su vez, lo veía como su heredero artístico y su sucesor oficial: cuando Reyer sucedió a Berlioz como miembro de la Académie des Beaux-Arts, Berlioz cedió a Reyer su espada y casaca de Académico. También fue un campeón de la obra de Richard Wagner, otro de sus héroes musicales, en Francia en la época en la que su música era vista con sospecha en la nación gala (aunque odió el culto a Wagner).

¿Por qué no es más famoso?: En primer lugar, su tozuda negativa a darle concesiones a los gustos del público parisino lo metió en problemas, como también le sucedía a Berlioz. Su primera ópera fue una comedia sentimental de un acto ambientada en Alemania, Maître Wolfram (1854); cuando su editor le dijo que, si le cortaba los coros, la ópera conseguiría al menos cien representaciones, Reyer se dio media vuelta y buscó otro lugar donde estrenar su obra.

Pero también hubo razones políticas: de sus siguientes obras para los escenarios, el ballet Sacountalà (1858; inspirado en una obra teatral del escritor en sánscrito clásico del siglo IV d. de C. Kālidāsa) fue un éxito y la ópera La statue (1861; basada en un relato de Las Mil y Una Noches) fue otro aún mayor (se dice que lo fue tanto como el Faust de Gounod y era amada por Bizet y Massenet). Su siguiente ópera, Erostrate (1862; ambientada en la Antigüedad Clásica) se estrenó en Baden-Baden y fue un éxito tan grande que le consiguió la distinción del Águila Roja de parte de la reina de Prusia, entregada por Meyerbeer como intermediario… y eso fue una sentencia de muerte para su carrera en Francia pues, por esa época, los franceses veían con cada vez más sospecha a los alemanes y, tras los eventos de la Guerra Francoprusiana, se volvió casi imposible para él conseguir que sus obras fuesen estrenadas tanto en la nación gala como en la germánica (por ser francés). Tuvo que ganarse la vida como crítico y periodista musical, director de orquesta y bibliotecario en la Académie de musique.

Reyer finalmente encontraría la gloria al final de su vida con las óperas Sigurd (1884; inspirada en las mitologías nórdica y germánica[1]) y Salammbô (1890; adaptada de la novela homónima de Flaubert, quien fue amigo de Reyer[2] y dio su bendición y los derechos exclusivos para la adaptación), las cuales necesitarían años para lograr ser estrenadas pero se convertirían en éxitos mayúsculos tanto con los críticos como con el público y fueron de las últimas grandes óperas francesas en ser verdaderamente importantes tanto desde el punto de vista artístico como desde el comercial. Curiosamente, Salammbô es más wagneriana que Sigurd, la cual es más deudora de Les Troyens y Benvenuto Cellini de Berlioz. A pesar de su inmensa popularidad en su tiempo, Sigurd desapareció de los escenarios tras la Primera Guerra Mundial y Salammbô salió del repertorio en 1943, víctimas de muchos de los mismos factores que afectaron a las grandes óperas de Meyerbeer y Halévy. Desde esas fechas, las representaciones de Sigurd han sido extremadamente esporádicas, pero, aun así, es la ópera más representada de Reyer.

¿Por qué no está en una de las secciones principales?: Esto tiene que ver con que Reyer sea un compositor tan oscuro. La única de sus obras que es de fácil acceso es su oda sinfónica Le Sélam (1850; también inspirada por Las Mil y Una Noches), la cual puso su nombre en el mapa, pero estoy de acuerdo con los que se quejan que es una pieza muy menor (me parece inferior a Le Dèsert). Pero, si desean escucharla, den clic en este link.

Sus supuestas obras maestras, Sigurd y Salammbô, no pueden ser evaluadas con justicia: aunque hay grabaciones de estas en YouTube, estas son de versiones tremendamente resumidas y recortadas, que convierten la clase de grandes óperas que superan las cuatro horas de duración en producciones de dos horas y media. Y las omisiones no son poca cosa: escenas importantísimas, que sirven para desarrollar personajes, hacer avanzar y darle sentido a la trama y un largo etcétera brillan por su ausencia.  Añadan el que la de Salammbô sea una grabación en vivo no muy buena de 2008 y el que estas sean la clase de grandes óperas que no sólo buscan deslumbrar al público con su música sino también con sus escenografías de inmensa escala y su profusión de efectos especiales, lo cual hace que cualquier cosa que sea sólo una grabación sea insuficiente para juzgar su valor y yo no trabajo con esta clase de material.

Por último, no sé ustedes, pero yo encuentro un tanto sospechoso que varias de las críticas positivas escritas por sus contemporáneos sean obra de gente que da la casualidad que eran amigos personales de Reyer.

Esta es la primera vez que escribo sobre un compositor y no pongo también en la entrada música para recomendarles y espero que sea la última.

Notas:

[1] Jejeje, ¿pensaban que Wagner era el único que compuso óperas basadas en las mitologías nórdica y germánica? ¡PUES NO ES CIERTO! Lo que pasa es que las suyas son las únicas que han permanecido en el repertorio.

[2] Flaubert no fue su único amigo famoso: también fue amigo de Théophile Gautier, Baudelaire, Gérard de Nerval y Heinrich Heine.

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