sábado, 10 de mayo de 2025

Henry Cowell (1897 - 1965)


Categorías a las que pertenece: Glorias olvidadas.

La Gloria: Cowell es uno de los compositores más importantes, influyentes e injustamente olvidados en la historia de Estados Unidos.

Van a tener que disculparme que me extienda con su biografía, pero es que pienso que Cowell tuvo una vida verdaderamente fascinante.

Nació en Menlo Park, un suburbio de San Francisco. Su padre era Henry Blackwood “Harry” Cowell, un poeta romántico que recientemente había emigrado de Irlanda, y su madre era Clara “Clarissa” Cowell (apellido de soltera: Dixon), una activista feminista y autora nativa de las Planicies estadounidenses (aunque también tenía ascendencia irlandesa y escocesa), quien tenía 46 cuando dio a luz a Henry además de ser más de 10 años mayor que su esposo.

Cowell estuvo expuesto a la música desde la más temprana infancia. Sus padres, quienes llevaban un estilo de vida bohemio, le cantaban canciones folclóricas de sus patrias y él pronto fue capaz de recitarlas antes de siquiera saber hablar. Durante sus visitas al centro de San Francisco también fue expuesto a las músicas tradicionales de Indonesia, China, Japón y otros países. Los amigos y vecinos de la familia les regalaban instrumentos pequeños, los cuales incluyeron un violín en el que el joven Henry se interesó, lo que lo hizo su instrumento de elección por unos pocos años. Su madre eventualmente decidió interrumpir sus lecciones privadas y en la escuela pública después que Cowell tuviera severos accesos de corea de Sydenham y escarlatina de los que eventualmente se recuperó.

Debido a una aventura intermitente entre Harry y una amante francesa, los Cowell se divorciaron amistosamente en 1903. Después de eso, fue criado en el Barrio Chino por su madre, quien le inculcó fuertes creencias anarquistas y feministas. Durante esta época se dedicó a desafiar los estereotipos de género: se negaba a que le cortaran el cabello, a menudo vestía ropas de mujer, adoraba el color rosado y prefería ser llamado “Sra. Jones”. También siguió siendo expuesto a la música asiática con sus nuevos amigos asiáticos-estadounidenses y sus familias en el vecindario. Tras el terremoto de San Francisco de 1906, muchas de las posesiones de los Cowell fueron destruidas en el incendio subsiguiente, después de lo cual Henry y su madre dejaron el estado de California. Sin un lugar permanente donde vivir, Henry residió con la familia y amigos de su madre en las Planicies y el Medio Oeste estadounidenses, después en la ciudad de Nueva York. Sus profesores de escuela en esta época a menudo tomaban nota de su “genio musical” y personalidad excéntrica que eran limitadas por la “pobreza extrema”. La carrera de Clarissa como una escritora feminista progresista no le ganaba mucho dinero y, para cuando eventualmente regresó a San Francisco, ya estaba enferma de cáncer de seno. Encontraron su hogar destruido por el terremoto y saqueado por vándalos por estar desocupado tanto tiempo. Los vecinos los albergaron mientras Henry, de trece años, lo restauraba. Para mantenerlos a flote económicamente, él tomó empleos como recoger y vender bulbos de flores en la estación del tren de Menlo Park, empleado de limpieza, granjero y limpiando los gallineros de un vecino.

Aunque no recibió educación musical formal (y poca educación de cualquier tipo más allá de las lecciones en casa de su madre), comenzó a componer piezas clásicas cortas alrededor de los quince años. Cowell ahorró todo el dinero que pudo de sus empleos y, a esa edad, compró un piano por 60 dólares (1772 dólares en 2022). Para 1914 había compuesto más de 100 piezas y se había matriculado en la Universidad de California en Berkeley, donde estudió composición con el renombrado musicólogo y compositor Charles Seeger.

Aun en la adolescencia, Cowell escribió la pieza para piano Dynamic Motion (1916), su primera obra importante en explorar las posibilidades de los clústeres tonales (a los que muchos le atribuyen su invención). Después de dos años en Berkeley, Seeger le recomendó estudiar en el Instituto de Arte Musical (después la Escuela de Música Juilliard) en la ciudad de Nueva York. Cowell sólo estudió allí tres meses antes de desertar, creyendo que la atmósfera musical era demasiado estancada y nada inspirada. No obstante, en Nueva York conoció y se hizo amigo y colaborador de Leo Ornstein, otro de los pioneros de los clústeres tonales.

Tras la Primera Guerra Mundial, Cowell regresó a California, donde se involucró con la comunidad teosófica Halcyon, para la cual compuso música incidental y programática, lo que llevó a una fascinación con las mitologías céltica e irlandesa.

A principios de la década de 1920, Cowell fue de gira extensamente por Norteamérica y Europa como pianista con la ayuda financiera de sus antiguos tutores y tocó sus propias obras experimentales, exploraciones seminales de la atonalidad, la politonalidad, polirritmos y modos no occidentales y se convirtió en el primer músico estadounidense que visitó la Unión Soviética; muchos de estos conciertos generaron protestas y escándalos. Cowell causó tal impresión con su técnica de los clústeres tonales que compositores europeos importantes como Béla Bartók y Alban Berg le pidieron permiso para adoptarla. Otra de las técnicas de las que fue pionero en este periodo fue la noción de, en lugar de tocar las teclas del piano, manipular las cuerdas directamente.

Durante su primera gira por Europa, Cowell tocó en la famosa sala de conciertos Gewandhaus de Leipzig, Alemania el 15 de octubre de 1923. Recibió una recepción infamemente hostil durante este concierto, que algunos musicólogos e historiadores modernos describen como un punto decisivo en la carrera de Cowell. A medida que progresaba el concierto, deliberadamente guardando las piezas más ruidosas y atrevidas de últimas, la reacción de la audiencia se volvió más y más abiertamente hostil. Se escuchaban jadeos y gritos y Cowell recordó después que la gente hacía tanto ruido que no podía escucharse él mismo, se acercaron al piano tanto como podían y los que desaprobaban sus métodos llegaron a amenazarlo con violencia física y lanzarle los programas del concierto y otros objetos a la cara mientras que los que gustaban de su música los contenían; los dos grupos comenzaron a gritarse y confrontarse entre sí, lo que eventualmente degeneró en un auténtico disturbio violento en el escenario y la policía de Leipzig fue llamada. Veinte personas fueron arrestadas… ¡y Cowell siguió tocando! Después que el concierto terminó y el escenario fue limpiado, se le notaba visiblemente afectado y tembloroso, hizo una reverencia para el público restante y dejó la sala. En los días siguientes, la prensa local de Leipzig fue increíblemente negativa hacia Cowell, su actuación y su estilo musical.

Durante los años siguientes, Cowell trabajaría incansablemente como compositor, pianista, profesor, teórico musical, editor y fundador y director de organizaciones musicales. Fue uno de los miembros más importantes del grupo conocido como los “ultramodernos”. En 1927, estableció contacto con un compositor entonces oscuro llamado Charles Ives, quien se convertiría en uno de sus amigos y colaboradores más cercanos (por ejemplo, Ives financió generosamente las iniciativas artísticas de Cowell y este escribió el primer libro acerca de Ives). Entre sus muchos estudiantes estuvieron George Gershwin, Lou Harrison (quien lo llamó “el mentor de mentores”) y John Cage (quien proclamó a Cowell “el sésamo abierto para la música nueva en Estados Unidos”). El estilo musical de Cowell en esta época era increíblemente experimental e innovador y lo convierte en un precursor de muchos desarrollos musicales de la segunda mitad del siglo XX.

El 23 de mayo de 1936, Cowell (quien era bisexual) fue arrestado en Menlo Park por participar de sexo oral con un muchacho de diecisiete años (algo que, según algunos, él tenía la costumbre de hacer). Este es un asunto complejo y delicado y hay mucha información contradictoria o claramente falsa allá afuera acerca del arresto, juicio y posterior condena a prisión de Cowell, mucha de la cual fue difundida por el propio Cowell. Lo que sí es cierto es que fue condenado a pasar quince años en la infame Prisión Estatal de San Quentin, que en esa época tenía una reputación como una de las penitenciarías más primitivas del mundo, donde los castigos físicos eran comunes vía latigazos y ser hecho pasar hambre. A pesar de esto, Cowell enseñó música a más de 2700 reos, fue protegido de los depredadores de la cárcel por el principal asesino del lugar, dirigió la banda de la prisión, produjo unas 60 composiciones y escribió un libro y numerosos artículos.

Al final del día, a Cowell se le dio libertad condicional en 1940, en parte por su buena conducta, en parte porque su causa movilizó a compositores de todo el país, como sus antiguos amigos, estudiantes y colaboradores (entre estos Charles Seeger y John Cage) y otros compositores homosexuales (como Aaron Copland y Lou Harrison). No obstante, otros músicos, como Edgar Varèse y Charles Ives, cortaron relaciones total (en el caso del primero) o temporalmente (en el caso del segundo) con Cowell.

Se mudó a White Plains, Nueva York, donde residió junto a su amigo, el compositor Percy Grainger y la esposa de este. En 1941, Cowell se casó con Sidney Hawkins Robertson, una prominente estudiosa de la música folclórica quien fue instrumental a la hora de ganarle la libertad. El gobernador de California le concedió el perdón total en 1942.

Sidney lo ayudaría a reanudar su amistad con Ives y Cowell, en ciertos sentidos, se aprovechó de ella: la hacía escribir ensayos de los que él luego reclamaba la autoría.

A pesar de recuperar su libertad, el arresto tuvo un efecto devastador sobre Cowell. Conlon Nancarrow, tras encontrarse con él en 1947, reportó que Cowell estaba permanentemente asustado y paranoico. Este efecto alcanzó a su música, la cual, tras salir de prisión, se volvió sorprendentemente conservadora, con ritmos más simples y un lenguaje armónico más tradicional. No obstante, a su manera, siguió siendo un músico tremendamente innovador: en los años venideros viajó por el mundo y desempeñó una actividad incansable en los cargos musicales más variados, lo que le permitió entrar en contacto con las tradiciones musicales más diversas; sus esfuerzos a la hora de incorporar estas músicas folclóricas en sus obras lo convirtieron en un precursor de la “música del mundo”. También promovió en Occidente la música de Ravi Shankar, Ahmet Adnan Saygun y Toru Takemitsu, entre otros.

Cowell fue increíblemente prolífico: se piensa que escribió más de 960 composiciones, la mayoría para piano solo, aunque también nos dejó copiosas cantidades de música en los géneros más diversos, pero hay que señalar que algunas se han perdido o han sido destruidas y…


Y su importancia no se limita sólo a la música clásica, pues también influenció a los tecladistas de rock progresivo y a los músicos de “free jazz”.

Permaneció incansablemente activo casi hasta el final, a pesar de que, en sus años finales, su salud se deterioró dramáticamente.

¿Qué salió mal?: Incluso en su mejor época, Cowell producía las reacciones más diversas tanto entre la crítica como con el público. Algunos lo consideraban un “genio creativo”, mientras que otros lo descalificaban de todas las formas imaginables. Y vale la pena señalar que mucha gente no iba a sus conciertos porque le interesara su música, sino que iban sólo para ver al pianista que tocaba con los codos, los puños, etcétera, o para ver si se producía una trifulca como la de Leipzig. A pesar de lo anterior, él se ganó un respeto más convencional por sus otras facetas profesionales, como su trabajo como profesor y fundador de sociedades musicales.

Pero nada afectó más su reputación artística que su juicio y condena en prisión. Una vez puesto en libertad, lo único que le interesaba a la gente era saber los escabrosos detalles del caso, algo de lo cual su carrera nunca se recuperó.

También, tras su muerte su viuda restringió por muchos años el acceso a la obra y a los documentos personales de Cowell.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Pueden comenzar con Hymn and Fuguing Tune N° 3 (1944)…


…su cuarta sinfonía (1946):


…y la cantata …if He please (1955):

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