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Baines nació en una familia musical: su padre era pianista de cine y organista en una capilla metodista.
A pesar de su breve vida, Baines escribió más de 150 piezas, en su mayoría miniaturas para piano, aunque también nos dejó un puñado de obras orquestales, otro de música de cámara y otro más de canciones para voz y piano. Él se comparaba con Debussy, pero los críticos creen que Skriabin fue una influencia más fuerte en su estilo, aunque la personalidad de su música es inconfundiblemente inglesa a la manera de Delius, John Ireland, Cyril Scott y Frank Bridge.
Baines siempre sufrió de una salud muy frágil, pero cuando fue reclutado en 1918 para que luchara en los últimos meses de la Primera Guerra Mundial, casi de inmediato enfermó de un envenenamiento séptico que terminó de destrozarla definitivamente y por el que fue regresado a casa. Murió a la edad de 23 años de una tuberculosis.
Aunque desde su debut público a la edad de 18 fue elogiado casi unánimemente como un genio musical, su música era difícil de difundir debido a que es muy desafiante para los intérpretes y cayó en la oscuridad hasta 50 años tras su muerte, cuando empezó a ser revivida en serio.
¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con algunas de sus mejores obras para piano como Paradise Gardens (1918-19)…
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¿En qué país es famoso?: Bulgaria.
¿Quién es?: Antes que nada, su nombre de verdad era Pancho. No se llamaba Francisco y le decían “Pancho” de cariño.
Probablemente sea el compositor búlgaro más influyente de todos los tiempos y su influencia incluye ser el primer búlgaro en componer en un número de géneros (como la sonata para violín y el trío con piano) y haber tenido entre sus estudiantes a prácticamente todos los compositores búlgaros notables de la siguiente generación, así como al pianista Alexis Weissenberg.
Nació en Zúrich, Suiza, hijo de un abogado y político búlgaro y una judía rusa emparentada con el escritor Boris Pasternak. Vladigerov tocaba el piano y componía desde una edad muy temprana. En 1910, dos años después de la muerte prematura de su padre, la familia se mudó a Sofía, Bulgaria, donde Pancho comenzó a estudiar piano con el checo Henrich Vizner y composición con Dobri Hristov, el más distinguido compositor búlgaro de su generación.
En 1912, la madre de Vladigerov logró obtener una beca del gobierno para que sus hijos estudiaran en Berlín, donde Pancho y su hermano gemelo, el violinista Lyuben Vladigerov, asistieron a la Staatliche Akademische Hochschule für Musik (hoy en día parte de la Universidad de las Artes de Berlín). Pancho estudió teoría musical y composición con Paul Juon y piano con Karl Heinrich Barth. También estudió piano con Leonid Kreutzer y composición con Friedrich Gernsheim y Georg Schumann. Ganó dos veces el Premio Mendelssohn.
Durante la década de 1920 ganó considerable fama en Europa, sus obras eran interpretadas por todo el continente y los Estados Unidos y, como pianista y compositor, fue de gira por la mayoría de los países europeos e interpretó principalmente sus propias obras. Su regreso a Bulgaria en 1932 produjo el final de su reputación internacional.
La música de Vladigerov ha sido admirada por personalidades como Richard Strauss, Shostákovich y Jachaturián e interpretada por artistas tales como Alexis Weissenberg, David Oistrakh, Emil Giles, Ivan Drenikov y, más recientemente, Marc-André Hamelin; no obstante, sigue siendo muy desconocida fuera de su país natal. Su optimista estilo combina el Romanticismo tardío tanto alemán como ruso (particularmente Skriabin y Rajmáninov) con el Impresionismo francés, la música inspirada en el jazz de George Gershwin y la música folclórica de su país natal (fue el primer compositor en combinar exitosamente la música clásica y la música folclórica búlgara). Compositor prolífico, escribió una ópera, un ballet, música incidental para Max Reinhardt, música orquestal (la cual incluye dos sinfonías, cinco conciertos para piano y dos conciertos para violín), de cámara, instrumental, vocal, coral y transcripciones de las piezas más diversas a las fuerzas más variadas.
Su hijo y sus nietos también se convirtieron en músicos respetados.
¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Vladigerov tiene algo parecido a una obra famosa. Es la Rapsodia Vardar (1922), o “Rapsodia Búlgara”, la cual originalmente era para violín y piano, pero después orquestó y transcribió para otros instrumentos. Escúchenla:
Pueden continuar con la Suite escandinava (1921):
…la Obertura “Tierra” (1933):
…su concierto para piano N° 3 en si bemol menor (1937):
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¿Quién es?: Otro miembro de la mitad menos famosa de Les Six.
Fue un niño prodigio que comenzó a componer a la edad de diez, dio su primer recital público a la edad de catorce, le publicaron sus primeras obras a la edad de quince y antes de cumplir veinte ya tenía firmados múltiples ballets y música incidental para el teatro.
Fue estudiante de d’Indy y Roussel y protegido de Satie. Schmitt y Koechlin también se interesaron en su obra. Como resultado, su carrera tuvo un ascenso meteórico: a la edad de quince ya era un conocido de Stravinski, Apollinaire, Cocteau, Radiguet, Braque y Picasso; a menudo discutía sociología con Léon Bloy y teología con Jacques Maritain.
Fue un compositor prolífico en los géneros más diversos (por ejemplo, nos dejó unos quince ballets), aunque, lamentablemente, parece que no existe un catálogo sistematizado de sus obras. La faceta en la que encontró más éxito fue en la de compositor de bandas sonoras para el cine: nos dejó más de cien de estas y es considerado uno de los mejores del siglo XX. Al principio tuvo un estilo fuertemente deudor de sus compañeros en Les Six, pero más tarde anduvo en acercamientos con el serialismo.
¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con sus bandas sonoras para el cine, la mayoría de las cuales se sostienen perfectamente bien como piezas independientes y, además, son la parte de su obra más fácil de encontrar hoy en día. Aquí tienen una breve selección:
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La Gloria: En su mejor época, Tansman fue una especie de superestrella musical y aún debe de serlo para cierta gente pues los artículos que encontré sobre él en internet tienen interminables enumeraciones de toda la gente cool con la que está conectado y todos los lugares glamorosos que visitó. (Si son alérgicos a esa clase de material, lo siento: este artículo va a tener mucho de eso).
Él nació en Lodz, Polonia, hijo de judíos de ascendencia lituana. Sus adinerados padres estuvieron muy preocupados por su educación, proveyéndole los mejores profesores e institutrices extranjeras. Toda su familia era musical en un grado muy elevado: su tía fue estudiante de Anton Rubinstein en San Petersburgo, una prima estudió con Eugène Ysaÿe en Bruselas y su hermana estudió con Arthur Schnabel en Berlín. La familia a menudo tocaba música de cámara en el hogar y sus padres, desde muy pequeño, lo llevaban a conciertos. Su madre fue su primera profesora de música y empezó a aprender piano a los cuatro o cinco años. A la edad de seis, después de ir a un concierto de Ysaÿe, decidió que se iba a convertir en músico. Entre sus sucesivos profesores estuvieron Wojciech Gawronski (un estudiante de Zygmunt Noskowski, Moritz Moszkowski y Theodor Leschetizky) y Naum Podkaminer (un estudiante de Hermann Graedener y Richard Hofmann). Escribió sus primeras composiciones a la edad de ocho o nueve.
Aunque comenzó sus estudios musicales en el Conservatorio de Lodz, estudió leyes y filosofía en la Universidad de Varsovia. Ya en esa época componía en los estilos politonal y atonal (escribió música dodecafónica sin haber escuchado hablar antes de Schönberg). En el otoño de 1919, animado por sus mentores, Ignacy Jan Paderewski, Henryk Melcer-Szczawinski y Zdzisław Birnbaum, Tansman decidió continuar su carrera musical en París. Los primeros artistas que conoció a su llegada a París fueron Moritz Moszkowski y Sarah Bernhardt.
Fue en París donde desarrolló su estilo musical maduro, el cual era una combinación del impresionismo de Ravel, Roussel, Dukas y Satie con el neoclasicismo de Stravinski (de quien se haría amigo para toda la vida cuando ambos estuvieron exiliados en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, aunque vería el que el compositor ruso se pasara al dodecafonismo como una “traición”[1]), la incorporación de la música popular polaca y el folclore judío de la misma forma en la que Bartók lo hizo con la música húngara y el jazz (de hecho, él conoció a Duke Ellington, Louis Armstrong y Art Tatum). Aunque viviría en París durante la mayor parte de su vida y se le concedió la ciudadanía francesa en 1938, él siempre se consideraría polaco.
Arthur Honegger y Darius Milhaud intentaron convencerlo de que se uniera a Les Six, sin éxito. Pero fue uno de los miembros más respetados del grupo de compositores conocido como la École de Paris, junto con Bohuslav Martinů, Tibor Harsányi, Alexander Tcherepnin, Marcel Mihalovici y Conrad Beck.
El ascenso a la fama de Tansman fue meteórico con obras dirigidas y defendidas por directores de talla mundial como Arturo Toscanini, Tullio Serafin, Willem Mengelberg, Walter Damrosch, Sir Henry Wood, Serge Koussevitzky, Vladimir Golschmann, Pierre Monteux, Otto Klemperer, Rhené-Baton, Désiré-Émile Inghelbrecht, Walther Straram, Hermann Abendroth, Leopold Stokowski, Erich Kleiber, Sir Adrian Boult, Dimitri Mitropoulos, Frederick Stock, Jascha Horenstein, Rafael Kubelik, André Cluytens, Carlos Chávez, Paul Kletzki, Charles Munch, Bruno Maderna, Paul van Kempen, Sir Malcolm Sargent, Ferenc Fricsay, Charles Bruck, Øivin Fjeldstad, Eugène Bigot, Franz André, Jean Fournet, Franz Waxman, Georges Tzipine, Pedro de Freitas Branco, Alfred Wallenstein, Eduard Flipse, Robert Whitney, Manuel Rosenthal, Roger Wagner, Jean Périsson, Vassil Kazandjiev y Eugene Ormandy. Su música era programada al lado de la de Ravel, Stravinski y Malipiero, por un lado, y la de Mozart, Weber y Rimski-Kórsakov, por el otro. Cada vez que visitaba Alemania, era invitado al hogar de Schönberg.
Sus obras eran programadas en algunas de las mejores salas de concierto del mundo, tales como Salle Gaveau, Théâtre Royal de la Monnaie, Carnegie Hall, Opéra National de Paris, Filarmónica de Nueva York, Théâtre des Champs-Élysées, Salle Pleyel, Boston Symphony Hall, Théâtre Mogador, Opéra National de Lyon, Château Royal de Laeken, Théâtre de la Ville, Palais-Royal, Ópera Estatal de Berlín, Royal Albert Hall, Ópera Metropolitana de Nueva York, Severance Hall, Centro de las Bellas de Bruselas, Concertgebouw de Ámsterdam, DAR Constitution Hall, Ópera de Colonia, Tokyo Hibiya Public Hall, Filarmónica de Berlín, Teatro Nacional de Oslo, Wigmore Hall, La Fenice, Academia de Música de Filadelfia, De Doelen, Teatro Nacional de São Carlos, Opéra de Nice, Orchestra Hall de Chicago, Théâtre du Vieux-Colombier, Hollywood Bowl, Powell Hall, Mann Auditorium, Johannesburg City Hall, Teatro Colón, Grand Auditorium y Royce Hall.
En 1932 y 1933, Tansman hizo una gira artística sin precedentes por el mundo, la cual comenzó en Estados Unidos y continuó por Japón, China, Hong Kong, Filipinas, Indonesia, Singapur, Ceilán, India, Egipto, Italia y terminó en las islas Baleares. Durante este viaje se entrevistó con el emperador Hirohito, con Mahatma Gandhi y con el papa Juan XXIII.
Con la ayuda de su amigo, Charlie Chaplin, escapó a Estados Unidos de la Francia ocupada por los Nazis y se unió al círculo de artistas e intelectuales emigrados que incluía a Igor Stravinski, Thomas Mann, Arnold Schönberg, Alma Mahler, Ernst Toch, Franz Werfel, Emil Ludwig, Aldous Huxley, Lion Feuchtwanger, Mario Castelnuovo-Tedesco, Man Ray, Eugène Berman y Jean Renoir.
Sus estudiantes notables incluyen a Cristóbal Halffter, Leonardo Balada, Carmelo Bernaola y Yüksel Koptagel. También fue un pianista virtuoso y un director muy solicitado.
Tansman compuso prolíficamente en la mayoría de los géneros y escribió más de 300 obras: siete óperas, once ballets (en los cuales colaboró con eminentes coreógrafos como Olga Preobrajenska, Rudolf von Laban, Jean Börlin, Adolph Bolm, Kurt Jooss, Ernst Uthoff y Françoise Adret), seis oratorios, 80 piezas orquestales (incluyendo nueve sinfonías y 21 conciertos), copiosas cantidades de música de cámara (incluyendo ocho cuartetos de cuerdas), decenas de piezas para piano, las numerosas piezas para guitarra que escribió para su amigo, Andrés Segovia[2], bandas sonoras para el cine, música incidental para la radio y obras pedagógicas. La música de Tansman ha sido interpretada por artistas y cantantes como Marya Freund, Jane Bathori, Madeleine Grey, Fanély Revoil, Suzanne Danco, Jean Giraudeau, Denise Duval, Freda Betti, Xavier Depraz, Jane Rhodes, Andrée Esposito, los flautistas Louis Fleury, Maxence Larrieu, el clarinetista Louis Cahuzac, el clavecinista Marcelle de Lacour, los pianistas Artur Rubinstein, Henri Gil-Marchex, Marie-Aimée Roger-Miclos, Léo-Pol Morin, Mieczysław Horszowski, Walter Gieseking, Youra Guller, Jan Smeterlin, Robert Schmitz, Dimitri Tiomkin, Nicole Henriot-Schweitzer, José Iturbi, Arturo Benedetti Michelangeli, Alicia de Larrocha, los violinistas Stefan Frenkel, Bronisław Huberman, Hélène Jourdan-Morhange, Joseph Szigeti, Alexander Mogilevsky, Henri Temianka, Jascha Heifetz, los violonchelistas Pablo Casals, Gregor Piatigorsky, Maurice Maréchal, Enrico Mainardi, Gaspar Cassadó, la organista Marie-Louise Girod, los cuartetos Pro Arte, Burgin, Budapest, Calvet, Paganini, Pascal, Parrenin y el trío Pasquier.
Aparte de los ya mencionados, sus amigos famosos incluyeron a: Sergei Prokófiev, Paul Hindemith, Albert Roussel, George Gershwin, Béla Bartók, Alfredo Casella, Serge Diaghilev, Julien Duvivier, Jean Renoir, Thomas Mann, Vladimir Jankélévitch, André Breton, Joseph Kessel, Salvador de Madariaga y Albert Einstein. Hablaba siete idiomas.
¿Qué salió mal?: Aunque hasta el día de su muerte fue una figura respetada y prestigiosa y en el presente casi toda su obra ha sido grabada y está disponible en CD, Tansman es un gran desconocido para el público general.
La principal razón de esto es que, tras la Segunda Guerra Mundial, su música fue cada vez más eclipsada por las vanguardias musicales, los interminables “ismos”, de la segunda mitad del siglo XX.
¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con su Tríptico (1930) para orquesta de cuerdas…
Categorías a las que pertenece: Glorias olvidadas, One-hit-wonders que hicieron mucho más.
La Gloria: Erich fue el segundo hijo del eminente crítico musical (Leopold) Julius Korngold, quien le enseñó lo básico de la música en la comodidad del hogar. Un niño prodigio que creció en Viena, Erich podía tocar arreglos para piano a cuatro manos junto a su padre a la edad de cinco. También era capaz de reproducir cualquier melodía que escuchaba en el piano y también tocaba acordes completos y elaborados. A la edad de siete empezó a escribir música original.
Korngold tocó su cantata Gold para Gustav Mahler en 1909; Mahler lo llamó un “genio musical” y le recomendó que estudiara con el compositor Alexander von Zemlinsky. Richard Strauss también tenía una opinión muy elevada del joven y, junto con Mahler, le dijo al padre de Korngold que no había ninguna razón para que lo matriculara en un conservatorio musical ya que sus habilidades ya estaban años adelantadas a lo que podía aprender allí.
Cuando tenía once, su ballet Der Schneemann (“El hombre de nieve”) se convirtió en una sensación en Viena. A la edad de trece, su segunda sonata para piano fue tocada por toda Europa por Artur Schnabel. Korngold escribió su primera obra orquestal, la Schauspiel-Ouvertüre, a la edad de catorce, la cual su maestro, Zemlinsky, no pudo creer que él hubiese orquestado solo. Sus primeras dos óperas (de un acto cada una) las escribió cuando él tenía diecisiete.
En la década de 1920, aparte de sus composiciones en otros géneros, se concentró más que nada en escribir para los escenarios. Junto a sus obras originales, reorquestó y casi recompuso varias operetas de Johann Strauss II, de cuya música había desarrollado cierta pasión. Este punto representó el cenit de la carrera de Korngold: gente como Richard Strauss, Engelbert Humperdinck, Bruno Walter y Giacomo Puccini hacía llover elogios sobre él (este último, en particular, lo llamó “la mayor esperanza de la música alemana”) y muchos directores, solistas y cantantes famosos añadieron sus obras a sus repertorios. También fue famoso como pianista y director de orquesta.
Invitado por Max Reinhardt, de quien había llamado la atención con sus versiones de las operetas de Strauss, Korngold empezó en 1934 su carrera como compositor de bandas sonoras para Hollywood (el primer compositor de talla internacional en hacer esto). Al final, Korngold escribió las bandas sonoras para dieciséis filmes en total, ganó dos veces el Premio Óscar y estuvo nominado en otras dos ocasiones. Junto con Max Steiner y Alfred Newman, es uno de los fundadores de la música para el cine tal y como la conocemos y pueden escuchar su influencia en, por ejemplo, las bandas sonoras de John Williams.
Él estaba en Estados Unidos cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, lo que le impidió regresar a Europa. Se convirtió en ciudadano estadounidense en 1943 y permaneció en Norteamérica tras retirarse de la composición de bandas sonoras en 1947, cada vez más desilusionado con Hollywood y el tipo de películas que se le ofrecían. Cuando un periodista le preguntó la razón, él respondió: “cuando vine a Hollywood por primera vez, no podía comprender el diálogo. Ahora puedo”.
¿Qué salió mal?: En primer lugar, Julius, el padre de Erich, era un hombre dominante y controlador (por ejemplo: desaprobó la mujer que su hijo escogió como esposa y el pleito resultante provocó que los dos hombres no se hablaran durante años) y sus intentos por “proteger” la carrera de su hijo lo llevaron a involucrarse en intrigas que, al final, se volvieron en su contra. Julius también detestó que Erich se convirtiera en compositor para el cine.
A pesar de que la década de 1920 vio el cenit de su reputación artística, también comenzó a atraer el escepticismo de los críticos debido a que su estilo personal (un Romanticismo tardío sumamente deudor de los postwagnerianos) empezaba a resultar cada vez más anticuado al lado del Neoclasicismo y el Atonalismo. Todo empeoró cuando los Nazis ascendieron al poder, pues prohibieron su música por ser judío. Tras la Segunda Guerra Mundial, cuando intentó recuperar su reputación como compositor de música “seria”, ya nadie estaba interesado en él.
Por último, él fue otra víctima del problema con los compositores de bandas sonoras. Los críticos, en particular, no le perdonaron el que reciclara material de su música para el cine en su concierto para violín y en su sinfonía.
Korngold cayó en el olvido hasta la década de 1970, cuando sus bandas sonoras fueron reeditadas en álbumes exitosos que hicieron renacer el interés en su figura. A Korngold le ha ido mejor que al promedio en la sección de “Glorias olvidadas”. Hoy en día, aparte de sus bandas sonoras, las cuales son bastante populares y se sostienen a la perfección por sí mismas, su concierto para violín y orquesta en re mayor (1947) ha pasado a formar parte del repertorio:
Y su ópera La ciudad muerta (Die tote Stadt, 1920), la cual fue la ópera moderna más representada en el mundo hasta la Segunda Guerra Mundial, ha sido revivida numerosas veces, con frecuencia con gran éxito y su “canción de Marietta” está en los repertorios de innúmeras sopranos. No obstante, no todos están convencidos de sus méritos artísticos. Juzguen ustedes:
En el presente, casi toda su obra ha sido grabada numerosas veces. A pesar de esto, sigue habiendo copiosas cantidades de música que no recibe la atención que se merece, como…
¿Qué más hay para escuchar?: …su cuarteto de cuerdas N° 2 en mi bemol mayor (1934)…
…su concierto para violonchelo y orquesta en do mayor (1946):