viernes, 30 de junio de 2023

Eduard Franck (1817 - 1893)


Categorías a las que pertenece: Compositores de culto.

¿Quién es?: Antes que nada… no hay ningún parentesco entre César y él…

…ahora, como ya he dejado eso claro…

Este debe ser el mejor compositor del Romanticismo del que nadie ha escuchado.

Hijo de un culto banquero cuyo hogar era frecuentado por gente como Heine, Humboldt, Heller, Wagner y Mendelssohn (de quien sería discípulo), tuvo una carrera que se extendió por cuatro décadas como pianista (en esta faceta, fue comparado favorablemente con Mendelssohn, Schumann y Liszt) y profesor de música, en la cual desempeñó varios cargos importantes.

¿Por qué no es más famoso?: Se supone que Franck era el peor de los perfeccionistas. Esto llevó a que sólo firmara 60 números de opus (más unas cuantas obras sin número de opus), la mayoría de estos publicados cerca del final de su vida, debido a que retrasaba continuamente sus publicaciones para poder revisarlos una y otra vez hasta que cumplían con sus demandantes estándares de calidad.

Sumen a lo anterior el que siguiese aferrado al estilo de Mendelssohn y Schumann a pesar de los cambios en la escena musical europea (sin embargo, no debe ser considerado un músico estancado) y el que fuese de esos artistas que hacían lo que le venía en gana en lugar de lo que lo hiciese popular con el gran público.

La mayoría de su producción está conformada por música de cámara (más un puñado de lieder y algo de música orquestal y para piano solo), que también es el campo donde logró sus mejores resultados: tres cuartetos de cuerda, dos quintetos de cuerda para dos violines, dos violas y un violonchelo, dos sextetos de cuerda, cuatro tríos con piano, un quinteto con piano, dos sonatas para violonchelo y piano y cuatro sonatas para violín y piano entre sus obras con número de opus y un sexteto con piano, dos tríos con piano, un quinteto con piano, una sonata para violín y piano y una pieza para violonchelo y piano entre las que no los tienen.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con este trío para piano…

lunes, 26 de junio de 2023

Curiosidades históricas: Fantasía sobre temas de la ópera Mosè in Egitto de Rossini (1839)


¿Quién la compuso?: Sigismund Thalberg (1812 – 1871).


¿A qué categorías habría pertenecido?: Glorias olvidadas.

La Gloria: El pianista virtuoso/compositor más grande del siglo XIX en términos de fama y éxito comercial probablemente no fue ni Chopin ni Liszt sino este Sigismund Thalberg. (Los otros dos pianistas/compositores fueron sus rivales y detractores, aunque la prensa de la época exageró mucho la enemistad entre Thalberg y Liszt y, de hecho, los dos músicos se influenciaron mutuamente).

Discípulo de, entre otros, Hummel, Moscheles y Sechter, fue una de las más poderosas influencias de la música para piano de su época y elogiado por luminarias como Berlioz, Rossini, Meyerbeer, Robert y Clara Schumann y Mendelssohn (quien además fue su amigo personal). Aparte de dos óperas (que fueron sonados fracasos) y un concierto para piano, todo el resto de su producción es música para piano solo, en su mayoría arreglos de óperas o de canciones folclóricas.

En la reseña de uno de sus conciertos en 1842, la Revue et Gazette musicale proclamó que dentro de cien años Thalberg sería canonizado.

¿Qué salió mal?: La fama de Thalberg como virtuoso y compositor terminó recayendo en una única técnica, el “efecto de las tres manos”, el cual lograba tocando la melodía de la pieza con sus pulgares y usando los demás dedos para añadir una filigrana de contrapunto, arpegios y otros ornamentos por arriba y por abajo. En su momento esto deslumbró a las audiencias de todo el mundo, pero, a finales del siglo XIX, los críticos se volvieron en su contra y lo usaron como prueba de que era un músico predecible y monótono, sin originalidad, imaginación ni inspiración, apodándolo despectivamente “Viejo Arpegio”.

Pero hay que considerar que Thalberg también fue víctima de su propio éxito: su inmensa popularidad provocó la aparición de una horda de imitadores, los cuales inundaron el mercado de copias baratas de su estilo, las cuales hicieron que el público se indigestara y terminase por darle la espalda. Espero que estas dos citas de críticos musicales de la era les muestren que tan intenso fue ese hartazgo:

A decir verdad, la forma de tocar el piano en la actualidad consiste en Thalberg simple, Thalberg enmendado y Thalberg exagerado; si se rasca lo que es escrito para el piano, se encontrará a Thalberg.

Nadie, de hecho, ha sido tan imitado; su manera ha sido parodiada, exagerada, retorcida, torturada, y puede que a todos nos haya ocurrido más de una vez maldecir esta escuela thalbergiana.

Tampoco ayudó que fuese un compositor bastante conservador, con un pie todavía firmemente plantado en el Clasicismo, en la época en la que el Romanticismo dominaba Europa.

Al final, Thalberg cayó en la oscuridad y sus legítimas aportaciones a la música para piano terminaron olvidadas o atribuidas a otros músicos.

¿Por qué no está en una de las secciones principales?: Porque, honestamente, aunque reconozco que no le faltan virtudes, no estoy en desacuerdo con varias de las afirmaciones de sus detractores. Además, me resulta sospechoso el que la inmensa mayoría de su obra fuesen piezas basadas en la música de otras personas; sí, ya sé que hay una buena razón para esto: la increíble popularidad de la ópera en el siglo XIX llevó a que las melodías más famosas de óperas exitosas fuesen transcritas a, literalmente, todos los demás medios, así que era una decisión bastante inteligente desde el punto de vista económico ponerse a hacer carrera con las transcripciones de óperas, pero aun así…

Lo incluyo en mi blog más por completismo, para continuar con el tema de los pianistas virtuosos/compositores nacidos en la segunda década del siglo XIX que cayeron en el olvido que por verdadero interés en él.

La pieza de hoy fue una de las obras musicales más famosas del siglo XIX. Escúchenla y decidan ustedes si se lo merecía.

domingo, 25 de junio de 2023

Adolf von Henselt (1814 - 1889)


Categorías a las que pertenece: Glorias olvidadas.

La Gloria: ¿Qué sucedió en la segunda década del siglo XIX? ¿Acaso hubo una alineación cósmica o algo que nacieron, en rápida sucesión, varios de los más grandes pianistas virtuosos/compositores para ese instrumento de todos los tiempos? A los archiconocidos Chopin, Robert y Clara Schumann y Liszt, hay que sumar a unos que cayeron injustamente en el olvido, como Alkan y este Adolf von Henselt.

Otro niño prodigio que empezó a estudiar violín a la edad de tres años y piano a la de cinco, estudiante de Hummel y de Simon Sechter (que también sería profesor de Bruckner), en su mejor época su estrella brilló tanto como las de las luminarias mencionadas arriba. Fue admirado y envidiado por Robert Schumann (quien lo llamó “el Chopin del Norte”) y Liszt (quien solía aconsejar a sus estudiantes que buscaran el secreto de las manos de Henselt). Se establecería en San Petersburgo como profesor de piano de la corte imperial e inspector general de todas las instituciones musicales relacionadas con la corte rusa, lo que provocaría que tuviese un impacto masivo en toda la escuela nacional rusa del piano, influenciando grandemente a, entre otros, Balákirev, Skriabin y Rajmáninov (quien lo idolatraba).

¿Qué salió mal?: Pues que dejó de componer a la edad de 30 años y de actuar en público a la de 33. Esto se debió a que empezó a padecer de un pánico escénico tan intenso que rayaba en la paranoia (cuenta la leyenda que, días antes de cada actuación, se ponía tan nervioso que no podía diferenciar las teclas blancas de las negras), a que sentía que había dicho todo lo que tenía por decir, pero aun así no sentía realizado y a que empezó a preferir cada vez más desempeñar sus puestos oficiales en la corte rusa.

Añadan a lo anterior el que su obra sea relativamente reducida (casi toda para el piano solo más un concierto para piano y dos obras de cámara que incluyen el piano; las pocas excepciones son una obra orquestal y otra coral y un puñado de canciones) y que esta sea poco accesible, no sólo por las simples demandas de virtuosismo, sino que porque Henselt tenía manos inusualmente grandes, lo que hace que muchas de sus piezas sean difíciles, incómodas y desafiantes de tocar.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con su concierto para piano en fa menor (1847), el cual es considerado su obra cumbre y ha sido llamado “todo lo que un concierto romántico para piano debería ser”…

sábado, 24 de junio de 2023

Charles-Valentin Alkan (1813 - 1888)


Categorías a las que pertenece: Glorias olvidadas.

La Gloria: Este niño prodigio, que a la edad de seis años fue admitido en el Conservatorio de París y dio su primera actuación pública a la edad de siete y medio, creció para convertirse, durante la cúspide de su carrera (en las décadas de 1830 y 1840), en uno de los grandes pianistas virtuosos de su tiempo, amigo personal y, con frecuencia, compañero de recital de Chopin y de Liszt (quien declaró que Alkan tenía la más grande técnica del piano de la era). También fue amigo de George Sand, Delacroix, Víctor Hugo, Dumas padre y Lamennais.

Casi toda su producción que ha sobrevivido es para el teclado (piano, órgano y piano con pedales) y, aunque se apega a formas musicales tradicionales, las usa de formas increíblemente originales y llevándolas hasta sus últimas consecuencias, de una manera que lo convierte en un precursor de Bartók, Cowell, Mahler y Messiaen.

¿Qué salió mal?: Los largos periodos que Alkan pasó retirado de las luminarias afectaron su capacidad para permanecer en la memoria del público.

La primera vez fue en 1838. Parece que tuvo cada vez más problemas balanceando las demandas de la fama popular contra sus aspiraciones musicales y pedagógicas y un creciente horror a los que consideraba lugares comunes de la música. Reaccionó ante estas presiones desapareciendo de la vida pública durante seis años, lo cuales usó para estudiar en privado y componer.

La segunda vez fue en 1853. Esta parece que tuvo que ver con la desilusión que fue el que el entonces jefe del Conservatorio de París, Auber, le diera el puesto de jefe del departamento de piano del Conservatorio al mediocre Antoine Marmontel, un ex alumno de Alkan, después que Joseph Zimmerman, el anterior jefe y antiguo profesor y protector de Alkan, se retirara en 1848 (parece que esa decisión tuvo que ver con que Auber había tenido sus encontronazos con Alkan), sumado al golpe que fue la muerte de su amigo, Chopin, en 1849. Estos dos eventos hicieron que se volviese cada vez más renuente a actuar en público hasta que finalmente se retiró por unos veinte años, convirtiéndose prácticamente en un recluso.

Poco se sabe de esta etapa de la vida de Alkan, aparte de que siguió componiendo y se sumergió en el estudio de la Biblia y el Talmud (él era judío). Parece que completó una traducción completa de la Biblia de sus idiomas originales al francés, la cual se ha perdido. A pesar de dejar la vida pública, este periodo también vio la publicación de algunas de sus obras más importantes.

No está claro porque, pero, en 1873, Alkan decidió emerger de su oscuridad autoimpuesta para dar una serie de conciertos que fueron lo bastante exitosos para convertirse en un evento anual hasta, posiblemente, después de 1880. El deterioro de su salud probablemente llevó a su retiro definitivo. Tras su muerte, su nombre fue olvidado casi de inmediato.

Tampoco ayudó a su reputación el que casi nunca tocara sus propias composiciones (prefiriendo tocar transcripciones y obras originales de sus compositores favoritos), que firmara obras para un instrumento que cayó en la oscuridad casi de inmediato (el piano con pedales) ni que no tocara la música de moda: su repertorio lo conformaban principalmente sus músicos favoritos del siglo XVIII (Bach, Couperin, Rameau, Händel, Haydn, Gluck, Beethoven, etcétera) y, cuando salió de su reclusión autoimpuesta en 1873, no tocó casi nada posterior a Chopin y Mendelssohn. Y también hay que señalar que un porcentaje importante de su producción se ha perdido para siempre: esta incluye casi toda su obra que no es para el teclado, como la gran mayoría de su música de cámara, una sinfonía y, supuestamente, una ópera de un acto y…


Durante años, su nombre fue mantenido vivo sólo por un puñado de compositores y pianistas, aunque era más conocido por la anécdota (falsa) de que murió cuando un librero le cayó encima. Eso cambió en la década de 1960, cuando algunos de los pianistas más importantes del mundo empezaron a explorar su repertorio. Hoy en día hay montones de grabaciones de su obra. No obstante, sigue siendo un músico muy oscuro para la mayoría del gran público.

Esto se debe, parcialmente, a que una gran parte de su producción constituye alguna de la música para teclado más demandante alguna vez compuesta, lo que dificulta su popularización.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con estas, que incluyen algunas de sus más grandes obras maestras…






jueves, 22 de junio de 2023

Aleksandr Dargomyzhski (1813 - 1869)


Categorías a las que pertenece: Compositores de culto, Pasto de historia alternativa.

¿Quién es?: En la historia de la música rusa, es considerado un eslabón importante entre Glinka y la generación de Los Cinco y Tchaikovski.

Ya era conocido como un aficionado con talento musical cuando en 1833 conoció a Glinka, quien lo animó a dedicarse a la composición; durante el resto de su vida, Glinka sería un estimado amigo y mentor para Dargomyzhski. Como este, pasó mucho tiempo en su juventud viajando por países de Europa occidental y fue influenciado por Berlioz y Meyerbeer (con quienes se entrevistó en Francia). Él, a su vez, sería un estimado amigo y mentor para Los Cinco (como con estos, la música no era su primera profesión; Dargomyzhski era un funcionario civil) y, en particular, influenciaría poderosamente a Músorgski. Pero Tchaikovski sería un detractor suyo.

Firmó cuatro óperas completas, dos óperas inacabadas con su muerte (su obra más famosa, El convidado de piedra, y Poltava, basada en la obra de Pushkin, de la que sólo sobrevive un dúo), unas pocas obras orquestales, una cantata, miniaturas para piano y casi cien canciones.

¿Por qué no es más famoso?: A Dargomyzhski no le faltaba ambición, pues aspiraba a conseguir reconocimiento a nivel internacional; hoy en día, su obra ni siquiera en su país natal es muy conocida y los únicos familiarizados con su nombre son los especialistas en música rusa. El único país donde su música tuvo algo de resonancia fue en Bélgica, por alguna razón.

El mismo Dargomyzhski señaló que la causa de esto es que no producía melodías que fuesen simple e inmediatamente agradables al oído. En su lugar, fue uno de los primeros en desarrollar el recitativo melódico.

Su obra más famosa es la ópera El convidado de piedra (Kamenny Gost). Inacabada a su muerte, fue terminada por los compositores que el propio Dargomyzhski escogió para esta tarea: César Cui, quien completó la primera escena, y Rimski-Kórsakov, quien orquestó la pieza, y eventualmente estrenada en 1872. A pesar de su énfasis en esta ópera en la poesía y el drama y su desdén por las convenciones operáticas, El convidado de piedra no es una obra wagneriana: Dargomyzhski estaba familiarizado con las teorías de Wagner y sus primeros dramas musicales y los encontraba interesantes… pero insatisfactorios; en cambio, hay musicólogos que piensan que su estilo tiene más que ver con cosas que Massenet haría eventualmente. No obstante, estoy seguro de que su fama tiene más que ver con que la gente señala que alguien estuvo lo bastante loco como para componer una ópera basada en un tema que ya había sido usado por Mozart.

También, parece que simplemente tenía mala suerte: se supone que varias de sus piezas fracasaron porque en sus estrenos sólo pudo conseguir producciones inferiores.

Lo incluyo en la categoría de “Pasto de historia alternativa” porque Dargomyzhski murió de una enfermedad cardiaca precisamente en el momento en el que había alcanzado la madurez como compositor. Estoy convencido de que, si hubiese vivido más, habría firmado obras aún más interesantes.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con su Rusalka (1856)…

miércoles, 21 de junio de 2023

Ignacy Feliks Dobrzyński (1807 - 1867)


Categorías a las que pertenece: Celebridades locales.

¿En qué país es famoso?: Polonia.

¿Quién es?: Antes que nada, si alguien sabe cómo se pronuncia el apellido del compositor, por favor, póngalo en los comentarios, le estaré muy agradecido.

Este pianista, director y compositor polaco, hijohermanopadre de músicos profesionales, vio su estilo evolucionar de un sonido muy deudor de Haydn, Mozart y Beethoven a uno que estaba emparentado con los románticos de su época, como Mendelssohn y Chopin (de quien fue condiscípulo y amigo de toda la vida). Sólo que, mientras que su famoso amigo partió para hacer carrera en Europa occidental, él se quedó para satisfacer la intensa demanda nacional de música patriótica.

En años recientes, sellos discográficos polacos se han puesto a rastrillar el pasado musical de su país y a resucitar todo lo que encuentran; Dobrzyński es uno de sus hallazgos más interesantes. Su producción incluye dos sinfonías, cantatas, lieder, una variedad de obras de cámara, un concierto para piano y otras piezas concertantes, piezas para piano, música incidental y la que se supone que es su más grande logro: la ópera Monbar czyli Flibustierowie (“Monbar, o los filibusteros”; compuesta en 1836-8 pero sólo estrenada hasta 1863).

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con Sinfonía N° 2 en Do menor, Op. 15 (1831), más tarde conocida como “Sinfonía en el Espíritu Característico de la Música Polaca”…

martes, 20 de junio de 2023

Fanny Mendelssohn (1805 - 1847)


Categorías a las que pertenece: Compositores de culto, Pasto de historia alternativa.

¿Quién es?: La hermana mayor de Felix Mendelssohn.

Cuando ambos estudiaron con Carl Friedrich Zelter, él pensaba que Fanny era la más talentosa de los dos hermanos. Su hermano y ella serían muy cercanos toda la vida, Felix publicando algunas de las canciones y piezas para piano de Fanny como parte de sus propios ciclos, componiendo algunas obras en colaboración y siempre haciendo que Fanny fuese la primera en escuchar su música, confiando en su opinión más que en la de ninguna otra persona.

Pero también fue una compositora muy prolífica: firmó más de 450 obras, incluyendo más de 125 piezas para piano, 250 lieder, un trío para piano, un cuarteto para piano y otras obras de cámara, una obertura orquestal y cuatro cantatas. Además, se supone que fue una pianista virtuosa: cuenta la leyenda que a la edad de 13 años podía tocar de memoria todos los 24 preludios y fugas del primer libro de El clave bien temperado de Bach.

¿Por qué no es más famosa?: Pues por la razón obvia…


En esa época no se esperaba que una señorita, especialmente una señorita de clase alta, hiciese carrera en la música. Sus padres se opusieron fuertemente a que siguiera una carrera musical y su famoso hermano, aunque no tenía ningún problema con que Fanny compusiera, también tenía sus reparos con que publicara su obra. Y “se supone” que fue una pianista virtuosa porque casi todas sus actuaciones fueron en el ámbito doméstico; según un experto en los Mendelssohn, ella en toda su vida sólo tocó en público en tres ocasiones (algo que al menos uno de los amigos de Felix lamentó en su diario).

La inmensa mayoría de su producción siguió inédita hasta finales de la década de 1980, cuando empezó a surgir el interés en su figura como compositora. Y parece que a ella no le molestaba esta situación: en sus diarios no parece hacerla infeliz el poner primero su hogar antes que la música y hay muy pocas menciones de sus propias obras. Y no parece satisfecha con sus intentos con los géneros mayores, lo cual no es sorpresa pues, a diferencia de su famoso hermano, nunca aprendió a tocar instrumentos de cuerda.

O al menos estaba satisfecha con su situación hasta un viaje que realizó por Italia con su esposo (el artista Wilhelm Hensel, quien nunca se opuso a que publicara su obra) y su hijo en 1839-40 en el que, entre otras cosas, pasó tiempo con jóvenes compositores franceses que habían ganado el Prix de Rome (uno de ellos fue un joven Gounod) y el que iniciara una amistad con el entusiasta de la música Robert von Keudell. Estos dos eventos llevaron a que, en 1846 se acercara a dos editores en Berlín sin consultar antes a Felix para publicar una colección de canciones como su Op. 1, iniciando efectivamente su carrera pública como compositora. Al año siguiente moría de un derrame cerebral.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con Das Jahr, el diario musical de la época de su viaje a Italia…

lunes, 19 de junio de 2023

Albert Lortzing (1801 - 1851)


Categorías a las que pertenece: Celebridades locales.

¿En qué país es famoso?: Alemania.

¿Quién es?: Se le considera el principal representante del “Spieloper”, el género en el que el Singspiel digievolucionó en el siglo XIX y que equivale más o menos a las opéras comiques francesas. Mahler era un gran admirador suyo y lo ponía al mismo nivel que Mozart y Wagner.

Lamentablemente, aunque muchas de sus obras fueron tremendamente populares por toda la Europa de habla alemana, Lortzing vivió en la pobreza más abyecta porque parece que no entendía el aspecto comercial de la industria de la música, lo que conllevó a que no viera ni un centavo de las numerosas representaciones de sus obras, por perder muchos de los cargos que obtenía por sus constantes choques con los censores de la época y por encontrarse una y otra vez en el extremo equivocado de las turbulencias políticas de su tiempo y por tener que mantener a once hijos (y enterrar a cinco de estos). Trabajó hasta provocarse un derrame fatal a la edad de 49 años, dejando a su familia sólo un montón de deudas.

Hasta la década de 1970, fue uno de los compositores de óperas más representados en Alemania, superado sólo por Mozart y Verdi. Pero Lortzing finalmente se convertiría en otra víctima del cinismo de nuestros tiempos y, pasada esa fecha, el número de sus representaciones caería en picado, aunque aún se lo lleva a los escenarios de vez en cuando, el interés centrándose más que nada en Zar und Zimmermann (1837; considerada una de las obras maestras de la ópera cómica alemana y la única de sus obras que consiguió auténtica resonancia internacional, siendo traducida al inglés, al francés, al sueco, al danés, al holandés, al checo, al húngaro y al ruso), Der Wildschütz (1842) y, en menor medida, Der Waffenschmied (1846).

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Pues con el que fue su mayor éxito…

domingo, 18 de junio de 2023

Curiosidades históricas: Hunyadi László (1844)


¿Quién la compuso?: Ferenc Erkel (1810 – 1893).


¿A qué categorías habría pertenecido?: Celebridades locales.

¿En qué país es famoso?: Hungría.

¿Quién es?: Fue el padre de la ópera nacional húngara, que es por lo que es más conocido. También firmó algo de música para piano y coral, es el creador del himno nacional húngaro y en su vida tuvo una serie de cargos importantes en su país.

¿Por qué no está en una de las secciones principales?: Miren, la razón no es algo que afecte sólo a Erkel sino que es un efecto común entre todos estos padres de óperas nacionales.

El siglo XIX fue una época de nacionalismos y uno de los resultados de esto fue que en las diversas naciones europeas empezaron a surgir escuelas de ópera que contaban historias inspiradas en el folklore, la historia y la situación política y social local y actual de sus países. Lo malo es que muchos de los padres de estas óperas nacionales en realidad eran compositores muy menores que se limitaban a seguir mecánicamente los modelos de las óperas que se estrenaban en los tres principales centros europeos de estas. Un ejemplo de esto es Stanisław Moniuszko (1819 – 1872) de Polonia, quien me parece un imitador un tanto pobre de Rossini. Sí, claro: puede que hasta el día de hoy se sigan representando con frecuencia en sus países, pero esto tiene más que ver con motivos políticos que con su calidad objetiva.

Erkel, un seguidor de la gran ópera francesa, en mi opinión, lo hizo mucho mejor que el promedio (que es por lo que lo escogí para tocar este tema) y la mayoría de sus óperas fueron bastante exitosas (Bánk Bán de 1861 es considerada por muchos como la ópera nacional de Hungría), pero con él hay otro problema: con el estreno de esta Hunyadi László fue proclamado un héroe nacional y parece que eso se le subió a la cabeza y, en lugar de progresar y mejorar su estilo, se durmió en sus laureles y quedó estancado en los clichés de las grandes óperas francesas. No obstante, la obra que hoy les traigo es anterior a esto, por lo que no deberían tener muchos problemas con ella.

sábado, 17 de junio de 2023

Jacques Fromental Halévy (1799 - 1862)


Categorías a las que pertenece: Glorias olvidadas, One-hit-wonders que hicieron mucho más.

La Gloria: Discípulo de, entre otros, MéhulCherubini (con quien forjaría una amistad que duraría toda la vida), Halévy solía ser considerado el segundo nombre más grande de la ópera francesa en el siglo XIX (el más grande siendo Meyerbeer).

Firmó unas 40 óperas, principalmente en el género de la opéra comique, aunque también en el de la ópera seria. Comenzando con La Juive (1835), una de las más espectaculares de todas las grandes óperas francesas y una favorita de algunos de los más grandes cantantes de la historia, incluyendo a Enrico Caruso, en las décadas de 1840 y 1850 se anotaría varios éxitos importantes tanto con la crítica como con el público. También compuso para el ballet, algo de música coral y vocal y música incidental para la versión francesa del Prometeo encadenado de Esquilo.

Fue muy admirado por Berlioz, Mahler y Wagner (quien nunca le demostró nada del antisemitismo del que hizo objeto a Meyerbeer y a Mendelssohn). Entre sus alumnos, los más importantes son Gounod, Saint-Saëns y Bizet (quien se casó con una de sus hijas).

¿Qué salió mal?: Sus opéras comiques salieron del repertorio por las mismas razones que las de Auber y sus grandes óperas por muchas de las mismas razones que las de Meyerbeer (el aumento del antisemitismo en Europa, el ascenso de las reputaciones de Verdi y Wagner y los movimientos musicales del siglo XX, los desafíos de representar obras de tan inmensa escala, etcétera).

Pero otro factor de riesgo fue que, a pesar de sus otros éxitos, su reputación se basara principalmente en ese monumental fenómeno que fue La Juive:


…la única de sus obras que permaneció en el repertorio… y hasta esa ópera está viendo una escasez de representaciones en los últimos años debido a su “descarado antisemitismo”eso a pesar de que tanto el compositor como su guionista eran judíos

A propósito, este es un buen momento para señalar que, aunque el video de arriba dice que es la ópera completa, en realidad se trata de una versión muy abreviada, pues, en su estreno, La Juive duraba casi cinco horas.

Además, hay que reconocerlo: como en el caso de Meyerbeer, Halévy, como compositor, también tenía sus defectos graves.

¿Qué más hay para escuchar?: Prueben la patriótica Charles VI (1843)…

viernes, 16 de junio de 2023

Curiosidades históricas: Concierto para violín N° 2 "Militar" en Re mayor (1826)


¿Quién lo compuso?: Karol Lipiński (1790 – 1861).


¿A qué categorías habría pertenecido?: Glorias olvidadas.

La Gloria: Este compositor y violinista virtuoso formó parte de esa generación de músicos que, como la Szymanowska (junto a la cual llegó a actuar), pusieron a Polonia en el mapa musical.

En 1817 fue a Milán para conocer a Paganini y rápidamente se hicieron amigos: se reunían diariamente para tocar, actuaron juntos y llegaron a dedicarse piezas el uno al otro. Pero, tras una serie de conciertos que dieron en Varsovia en 1829 (a la que asistió un Chopin de 19 años), su relación se agrió y se transformó en una amarga rivalidad: Lipiński era considerado el único adversario serio de Paganini (llegando a ser apodado “el Paganini polaco”) y el italiano, cada vez que le preguntaban por el otro violinista, decía “no sé quién es el más grande, pero Lipiński ciertamente es el segundo más grande”.

Fue admirado por Berlioz, Robert Schumann (quien le dedicó su Carnaval) y Wagner (de quien se hizo amigo, aunque la relación entre ambos músicos tuvo sus altas y sus bajas). En París conoció a Chopin, de quien se hizo amigo y él le dio clases de piano a una de sus hijas. También llegó a actuar junto a Liszt. Fue mentor de otros violinistas virtuosos, como Henryk Wieniawski y Joseph Joachim.

Naturalmente, la inmensa mayoría de su producción es para su instrumento: cinco conciertos para violín (el último de los cuales se ha perdido), música de cámara y piezas para violín solo. Del principio de su carrera, cuando era director de orquesta en Lwów (ciudad que hoy en día está en Ucrania), datan tres óperas y tres sinfonías.

¿Qué salió mal?: Lo escribí una vez, lo escribí una segunda vez y voy a escribirlo todas las veces que sean necesarias; no es bueno para la reputación póstuma de un músico que su nombre quede asociado con el de otro músico.

Antes de la década de 1970, prácticamente no había grabaciones de la obra de Lipiński.

¿Por qué no está en una de las secciones principales?: Aunque sus estilos musicales eran tremendamente diferentes, la obra de Lipiński tiene el mismo talón de Aquiles que la de Paganini; ambos firmaban piezas horrendamente difíciles que les daban pretexto para exhibir todos los trucos del violinista virtuoso pero que tenían el mismo nivel de profundidad artística que una servilleta. No obstante, la música de Lipiński es muy disfrutable y mucho más memorable de lo que uno esperaría. El concierto que les traigo hoy, uno de los favoritos de Wieniawski, es apodado “Militar” porque está basado en un popurrí de melodías de batalla de Europa central.

jueves, 15 de junio de 2023

Carl Loewe (1796 - 1869)


Categorías a las que pertenece: Glorias olvidadas.

La Gloria: En su época fue tremendamente famoso y popular como compositor, cantante, pianista, director y profesor de música.

Tanto en vida como después de su muerte, su fama se sustenta principalmente en sus más de 400 baladas y lieder, que le ganaron el apodo de “el Schubert del norte de Alemania”. También firmó cinco óperas (lamentablemente, de acuerdo a los críticos de su tiempo, parece que en este género tenía tanta mano como el Schubert 1.0), algo de música orquestal (incluyendo, al menos, dos sinfonías y dos conciertos para piano) y de cámara, música para piano solo, 17 oratorios y otras obras corales y vocales.

Como cantante, hizo varias giras muy exitosas en las décadas de 1840 y 1850 en las que visitó Inglaterra, Francia, Suecia, Noruega y Austria, entre otros países.

Fue amigo de Schumann, Weber y Mendelssohn (él dirigió el estreno de su Obertura Sueño de una noche de verano y ambos serían los solistas del estreno de su Concierto para dos pianos y orquesta). Wagner fue un gran admirador suyo.

¿Qué salió mal?: Como el caso de Boccherini demuestra, nunca es bueno que el nombre de un compositor quede demasiado asociado con el de otro. Claro, eso de “el Schubert del norte de Alemania” se suponía que fuese halagador, pero aun así…

También hay que tener en cuenta el que pasara casi toda su carrera en la pequeña ciudad prusiana de Stettin (hoy Szczecin, Polonia… y, no, no tengo la menor idea de cómo se pronuncia eso), lo cual significa que fue una estrella de la música, pero no una superestrella de la música. Él intentó saltar a uno de los grandes centros musicales, como París o Viena, pero eso simplemente no sucedió.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: En cuanto a “Glorias olvidadas”, le ha ido muchísimo mejor que al promedio en este blog pues nunca han faltado cantantes que incluyeran alguna de sus canciones en su repertorio. Estas son algunas de las más famosas:















También se considera que su música para piano es muy valiosa:



Y he encontrado al menos un crítico que considera que sus oratorios son obras maestras. Se supone que casi todo el resto de su producción tampoco carece de atractivo.

martes, 13 de junio de 2023

Franz Berwald (1796 - 1868)


Categorías a las que pertenece: Compositores de culto, Celebridades locales.

¿Quién es?: Berwald es considerado por algunos como el más importante compositor producido por Suecia en el siglo XIX, uno de los más importantes compositores en la historia de la música sueca (si es que no es el más importante) y probablemente el más importante sinfonista producido por los países nórdicos antes que Sibelius entrara en escena.

Influenciado por Beethoven, Schubert, Mendelssohn, Schumann, Weber y Berlioz, mucha gente lo considera un músico adelantado a su época y lo ve como un precursor de gente como Wagner, Bruckner, Fauré y Stravinski, entre otros.

¿Por qué no es más famoso?: Su música raramente fue vista favorablemente en Suecia durante su vida, con frecuencia atrayendo la hostilidad de los críticos. La reacción de Berwald fue responder a sus críticos (raramente una buena idea) y, como un resultado de sus constantes roces con la prensa, la personalidad de Berwald, que ya de por sí era bastante temperamental[1], se volvió cada vez más irascible y arrogante, lo que a su vez terminó alienando a toda la escena musical de Estocolmo y a los contactos personales que pudieron haberlo ayudado en su carrera. Entre las muchas personas a las que ofendió se encuentra Mendelssohn (aunque se ganaría la aprobación de Berlioz y Liszt).

Añadan a esto que la cultura musical sueca en el siglo XIX estaba sintonizada más con la casa de la ópera que con la orquesta sinfónica, para la que Berwald compuso sus mejores piezas, y que su música ha sido criticada por cierta “frialdad emocional” (algo que no te iba a conseguir admiradores durante el Romanticismo).

Otra cosa con Berwald es que el tipo simplemente tenía mala suerte: su cuarta sinfonía iba a estrenarse en París, pero eso tuvo que ser cancelado por todo el caos de la Revolución de 1848 y su estreno sería finalmente en 1878 y su ópera Drottningen av Golconda (“La Reina de Golconda”) iba a estrenarse en 1864 pero eso fue cancelado debido a que la Ópera Real cambió de directores.

Tendrían que pasar décadas después de su muerte antes que muchas de sus obras fuesen estrenadas (él, en vida, sólo vería estrenada la primera de sus cuatro sinfonías… y esa sería la única representación que tendría).

La poquísima reputación musical que llegó a obtener fue gracias a su música para los escenarios[2], de las cuales empezó al menos doce obras, terminó muchas menos y, de estas, varias se han perdido. Su opereta Jag går i kloster (“Tomo los hábitos”, 1843) fue bien recibida, aunque eso tuvo más que ver con que uno de los papeles fue cantado por Jenny Lind, y su ópera Estrella de Soria (1862) tuvo bastante éxito… y ya está: esos fueron todos los éxitos de Berwald en su país. Su música fue algo mejor recibida en Alemania y Austria, donde un concierto con sus poemas sinfónicos en 1842 fue muy cálidamente recibido por la crítica.

Durante largas temporadas tuvo que dedicarse a empleos normales para poder pagar las cuentas (y tuvo mucho más éxito en estos que como músico): fue cirujano ortopedista en Berlín y, a su regreso a Suecia, dirigió una serrería, una fundición de vidrio y una fábrica de ladrillos.

De pura tozudez logró ser reconocido como compositor: en 1866 recibió la Orden de la Estrella Polar por sus logros musicales y al año siguiente fue nombrado profesor de composición del Conservatorio de Estocolmo… sólo para que, a los pocos días, la dirección del conservatorio revirtiera la decisión (eso fue todo lo que Berwald necesitó para alienarlos). La familia real sueca tuvo que intervenir para que pudiera conservar el puesto. Al año siguiente moría de neumonía.

Los compositores Ludvig Norman, Tor Aulin y Wilhelm Stenhammar trabajaron duro para promover la música de Berwald pero sin mucho éxito. Por muchas décadas siguió siendo tan oscuro que cuando, en 1946, el servicio postal sueco tuvo que escoger entre poner a Berwald o al Cuarto Congreso de Agricultores en una estampilla, ellos se decidieron por los agricultores.

Su música sólo sería rescatada de la oscuridad en la década de 1960 con un aluvión de elepés comerciales. Sin embargo, esto fracasaría en hacerlo famoso en cualquier país fuera de su natal Suecia.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Con sus cuatro sinfonías, que son con las que su reputación musical se sustenta en el presente…





Notas:

[1] Cuenta la leyenda que su educación musical llegó a un final abrupto cuando le arrojó un pedazo de madera bastante grande a un profesor, teniendo que convertirse en un autodidacta.

[2] También firmaría música de cámara, obras corales y canciones.

sábado, 10 de junio de 2023

Especial de Curiosidades Históricas: Otras óperas reformadas de la Italia del siglo XIX

Ojo, que estas no tienen nada que ver con las óperas reformadas de Gluck.

Con Bellini muerto, Rossini retirado y Donizetti en París, la ópera italiana pasó por un periodo en el que los compositores se pusieron a revisar los tropos del Bel Canto, eventualmente llevando a la muerte de ese estilo, así como a meter influencias de cosas que la ópera estaba haciendo en otras latitudes, todo esto acelerado por la publicación del manifiesto Filosofia della musica, escrito en 1836 por Giuseppe Mazzini, el cual marca el inicio de este movimiento. Entre otras cosas, los resultados de este proceso incluyeron más peso dado al drama y la orquestación y la reducción de la importancia de la prima donna, lo que dejaría el escenario preparado para la aparición de Verdi (el máximo representante y el culminador del movimiento), de quien estos músicos son precursores e influencias.

Entre las óperas compuestas en este estilo, empezaremos escuchando:


¿Quién la compuso?: Saverio Mercadante (1795 – 1870).


¿A qué categorías habría pertenecido?: Compositores de culto.

¿Quién es?: Después de un intento fallido por hacer carrera en París, cayó bajo la influencia de MeyerbeerHalévy y, a su regreso a Italia, se convertiría en el más grande exponente, desde el punto de vista artístico, de las óperas reformadas antes de Verdi.

Firmó unas 60 óperas y fue considerado un rival serio de Donizetti. También, debido a su interés en la orquestación, se piensa que, de sus contemporáneos, fue el compositor de óperas que firmó más música no operística con una larga sucesión de conciertos para flauta y para clarinete.

¿Por qué no es más famoso?: A pesar de que algunas de sus óperas llegaron a conseguir bastante difusión, Mercadante, en realidad, nunca pudo conseguir una serie de éxitos consistente. Luego, Giovanni Pacini y Verdi entraron en escena y quedó totalmente eclipsado. Tras su muerte, su obra cayó en el olvido.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, algunas de sus obras son revividas de cuando en cuando y hay varias grabaciones allá afuera, pero no ha habido ningún éxito a la hora de volver a introducirlo en el repertorio. De hecho, cualquiera de sus conciertos (y tiene un par que han atraído bastante atención) consigue más representaciones que todas sus óperas combinadas.

¿Por qué no está en una de las secciones principales?: Miren, a Mercadante hay mucha gente allá afuera que quiere convencerte de que es un gran maestro de la ópera que cayó injustamente en el olvido y bla, bla, bla, pero, ¿saben qué?, a mí, personalmente, no me parece la gran cosa. Entre lo que he leído en internet (que es bastante) y lo que he escuchado en YouTube (que, tengo que admitirlo, hay muy poco disponible allí de este músico), me da la impresión de que es la clase de artista cuyos defectos tienen el mismo peso que sus virtudes y, al final, deja mucho que desear y de que, como en el caso de Galuppi, su obra era tremendamente irregular. Además, por mucho que el propio compositor se las diera de que estaba revolucionando la ópera italiana, dándole verdadero peso dramático y bla, bla, bla, tenía la mala costumbre de escoger libretos muy pobres con los que trabajar.

O tal vez sí era el Gran Maestro que dicen por allí y todo lo que escribí en el párrafo anterior es resultado de ser un compositor tan oscuro. No ayuda el que los sellos discográficos se pongan a revivir prácticamente todo lo que compuso excepto las (supuestas) obras maestras que firmó en su etapa de las óperas reformadas.

Y ahora escuchen:


¿Quién la compuso?: Giovanni Pacini (1796 – 1867).


¿A qué categorías habría pertenecido?: Glorias olvidadas.

La Gloria: Este fue un niño prodigio que estrenó su primera ópera antes de cumplir los dieciocho años y llegó a firmar más de 70 de estas.

Fue el rival más importante de Rossini durante la década de 1820. Tras el fracaso de Carlo di Borgogna en 1835, se retiró de los escenarios durante varios años. Volvería a la acción en 1839, presentando su propia versión de las óperas reformadas, y, en 1840, estrenaría esta Saffo, su mayor éxito y la que es considerada su obra maestra. Si Mercadante fue el más importante exponente de las óperas reformadas en términos artísticos, Pacini lo fue en términos económicos y, brevemente, sería el número uno de la ópera italiana.

¿Qué salió mal?: Tuvo la mala suerte de ser eclipsado en dos ocasiones por otros compositores. En su etapa como compositor del Bel Canto, le robaron la fama Donizetti y “el divino Bellini” (el adjetivo es de Pacini, no mío); en su etapa como compositor de óperas reformadas, Verdi alcanzando la madurez musical lo mandó a un largo y lento declive. Además, sólo un puñado de sus óperas fueron conocidas fuera de Italia.

¿Por qué no está en una de las secciones principales?: Su obra es “bastante superficial”. Se ha notado que se preocupaba muy poco con la armonía y la instrumentación, que era de esos músicos que nunca dejaban que en el camino de una buena melodía se interpusieran detalles insignificantes como el desarrollo de personajes y la coherencia dramática y que enfatizaba la cantidad antes que la calidad. Un musicólogo dijo que Pacini compuso música para 20 óperas excelentes, pero que la dispersó entre más de cien[1]. También, como en el caso de Mercadante, era otro de esos compositores que aceptaban libretos firmados por cualquier gato. Todo esto, combinado, nos deja con montones de óperas que son tremendamente irregulares.

Pero vale la pena señalar que el propio compositor reconoció muchas de estas críticas en sus memorias. Y, a pesar de todos los pesares, se las arreglaba para componer música de altísima calidad y, las pocas veces que sus óperas son revividas, estas tienden a ser cálidamente recibidas tanto por la crítica como por el público. Rossini lo resumió mejor que nadie: “Dios nos ayude si realmente supiese música, pues nadie podría resistírsele”.

Y, para terminar, escuchen:


¿Quiénes la compusieron?: Los hermanos Luigi Ricci (1805 – 1859)…


…y Federico Ricci (1809 – 1877):


…quien, a propósito, tiene el espécimen de vello facial más fabuloso que van a ver en este blog.

¿A qué categorías habrían pertenecido?: Glorias olvidadas.

Las Glorias: Aunque hoy en día sus óperas casi nunca son representadas, en su momento, fueron dos de los compositores italianos más famosos y exitosos, Luigi concentrándose en componer comedias (fuertemente influenciadas por su admirado Donizetti) y Federico dedicado a la tragedia. Luigi tenía más energía, pero la música de Federico estaba más pulida desde el punto de vista técnico.

También colaboraron en cuatro óperas, y la última de dichas colaboraciones, esta Crispino e la comare (1850), es considerada la obra maestra de ambos y fue su mayor éxito, tanto que Federico se pasó a la comedia.

¿Qué salió mal?: Como con los otros músicos que hemos visto hoy, fueron totalmente eclipsados por Verdi.

¿Por qué no están en una de las secciones principales?: Simplemente, están muy por debajo de los verdaderos grandes de la ópera italiana del siglo XIX (la trinidad Rossini-Bellini-Donizetti y Verdi) y tampoco fueron tan innovadores como otros exponentes de las óperas reformadas. A pesar de todo, tampoco lo hacían tan mal (en mi opinión personal, lo hicieron mejor que Pacini) y Crispino e la comare es considerada una de las mejores óperas cómicas de su periodo, por lo que no deberían tener ningún problema al escucharla.

Notas:

[1] Ese “más de cien” necesita explicación: en el pasado se pensaba que Pacini había firmado casi cien óperas hasta que alguien revisó y se dio cuenta que un montón de estas eran las mismas óperas, pero con nombres diferentes y revisiones menores. El “más de 70” de más arriba es un estimado más cercano a la realidad.

sábado, 3 de junio de 2023

Giacomo Meyerbeer (1791 - 1864)


Categorías a las que pertenece: Glorias olvidadas.

La Gloria: El compositor de óperas más popular del siglo XIX, tanto por el número de representaciones de sus obras como por la cantidad de dinero que recaudó, no fue Rossini, no fue Verdi y ni siquiera fue Wagner; fue Giacomo Meyerbeer.

Con su ópera de 1831 Robert le diable y sus sucesoras, terminó de definir los tropos de la gran ópera francesa, impuso un estándar que convirtió a París en la capital de la ópera durante todo el siglo XIX, sintetizó los estilos de las Óperas alemana, italiana y francesa e influenció enormemente a todas las obras en ese medio que vendrían después y, más inmediatamente, a toda la ópera francesa hasta 1890, a Verdi, a Wagner (lo cual no deja de ser irónico… sigan leyendo para saber porque), a Dvorák y a los otros compositores checos y a los compositores rusos, incluyendo a Rimski-Kórsakov y Tchaikovski.

Nacido como Jakob Liebmann Beer (el “Giacomo” era la versión italianizada de su nombre y el “Meyerbeer”, primero “Meyer Beer”, surgió al combinar el apellido de su padre con el de su abuelo materno), originalmente iba a ser un pianista virtuoso (Moscheles y Weber, de quien fue condiscípulo y amigo, lo consideraban el mejor pianista de la Europa de la época) y, como niño prodigio, debutó a la edad de nueve años con uno de los conciertos de Mozart. Entre sus maestros contó a Clementi y Salieri.

Pero sería en los escenarios donde Meyerbeer encontraría su verdadera vocación. Tras unos primeros intentos compuestos en un estilo emparentado con el de Weber, fue a Italia donde firmaría óperas siguiendo los modelos de Rossini, de quien se convertiría en un amigo de toda la vida y quien compondría la música de su funeral.

El éxito internacional de Il crociato in Egitto (1824) le abrió las puertas de París. Su siguiente ópera, Robert le diable, con un libreto de Eugène Scribe, lo convertiría en una superestrella. Sus demás grandes óperas, Les Huguenots (1836), Le prophète (1849) y L’Africaine (1865; estrenada póstumamente)[1], todas colaboraciones con Scribe, fueron también éxitos sensacionales y, hasta el día de hoy, su reputación se sostiene en ellas; Les Huguenots fue la primera ópera en ser representada en la Ópera de París más de mil veces (su milésima representación sucedió el 16 de mayo de 1906).

Además de sus óperas, también firmó música orquestal, música de cámara, música para piano, obras corales litúrgicas y canciones, entre otras obras. Pero hay que señalar que es en su música para la voz donde se encuentra toda su obra significativa.

¿Qué salió mal?: A pesar de su inmenso éxito, a Meyerbeer no le faltaron detractores desde el primer momento. Se lo acusaba de que su éxito se debía a que sobornaba a los críticos, de que sólo se debía a su inmensa riqueza y sus influencias, de que sólo le interesaba el dinerola popularidad superficial y no la música. Muchas de esas acusaciones, en realidad, eran producto de la envidia, como en el caso de Berlioz, Chopin (quienes se supone que eran amigos de Meyerbeer[2]) y Mendelssohn (me parece que leí una vez una leyenda que dice que Mendelssohn odiaba tanto a Meyerbeer que, cuando alguien le comentó al primero que tenía el mismo peinado que el segundo, lo primero que hizo fue buscar un barbero para cambiárselo), o del antisemitismo, como en el caso de Robert Schumann. Charles Villiers Stanford usaba a la música de Meyerbeer como un ejemplo de los peligros de improvisar en el piano sin un plan claro (no existe evidencia de que Meyerbeer trabajara de esa manera).

Nada más lejos de la realidad: sus extensos diarios y correspondencia lo revelan, al contrario, como un músico profundamente serio y una personalidad sensible. Su inmenso éxito se debió, en una parte no insignificante, a que era un experto a la hora de vérselas con la parte comercial del negocio de la música (organizar conciertos, lidiar con editores, establecer redes de contactos, cortejar inteligentemente a la prensa[3], etcétera), experticia de la que muchos otros músicos carecieron.

Pero el verdadero gran responsable del declive de la reputación de Meyerbeer fue Richard Wagner. El compositor de Bayreuth no sólo lo atacó por motivos de envidia y antisemitismo, sino que también porque su visión de lo que debía ser la música empezó a divergir grandemente de la de Meyerbeer. Wagner constantemente usaba al otro músico (y a Mendelssohn, por alguna razón) como un ejemplo de todo el mal que los judíos estaban causándole a la música y al arte europeo en general, tomando las peores acusaciones que se lanzaban contra Meyerbeer y elevándolas a la enésima potencia; acusaciones que fueron repetidas mecánicamente por su esposa, Cosima, su círculo de amigotes, sus seguidores (tanto entre los otros compositores como en la crítica) y sus fanáticos. Y este es un buen momento para señalar que, al principio de su carrera, Wagner fue un admirador y protegido de Meyerbeer, el compositor mayor no sólo le prestó fuertes sumas de dinero, sino que movió sus influencias para ayudarlo a estrenar sus Rienzi (1842; la obra que puso su nombre en el mapa) y Der fliegende Holländer (1843) y que, en su correspondencia de esa época, Wagner se muestra bochornosamente obsequioso con Meyerbeer.

Pero otro factor de riesgo fue el que en su madurez su reputación se basara únicamente en sus grandes óperas históricas, de las cuales sólo firmó un puñado. Esto se debió, en parte, a que se movía constantemente entre París (donde las estrenaba) y Berlín (donde fue nombrado maestro de capilla en 1832 y Generalmusikdirektor en 1843), ciudad donde pasó muchos años enfrentando la rivalidad y enemistad con Spontini y los censores prusianos, todo lo cual le robó tiempo y energías para trabajar en sus óperas, y, por otro lado, a que al final de su vida padeciese de mala salud (o hipocondría) y sufriese por las muertes de su madre (a la que estaba muy apegado) y de su colaborador, Scribe. Pero la razón más importante fue que Meyerbeer era increíblemente adinerado, no sólo por el éxito de sus óperas sino porque nació dentro de una acaudalada familia judía (su padre era industrialista y su madre provenía de una familia de banqueros), y eso le daba la libertad de componer sólo cuando le diese la gana.

En la primera década del siglo XX, los cambios en los gustos musicales finalmente alcanzaron a Meyerbeer: Verdi y Wagner pasaron a ser considerados los grandes compositores de óperas decimonónicos y el número de representaciones de las obras de Meyerbeer cayó en picada. La cosa empeoró tras la Primera Guerra Mundial con el ascenso de los movimientos musicales del siglo XX, lo que provocó que pasase a ser considerado un músico obsoleto. El que sus grandes óperas fuesen muy desafiantes y costosas de poner en escena también tuvo que ver.

A los motivos artísticos se sumaron razones políticas: en Alemania la Derecha lo repudió por ser judío y la Izquierda por verlo como una desafortunada reliquia del pasado prusiano. Y las cosas empeoraron aún más cuando los Nazis llegaron al poder: prohibieron sus óperas en Alemania en 1933 y en todos los territorios que ocuparon durante la Segunda Guerra Mundial. Durante muchas décadas sus obras desaparecieron por completo del repertorio.

Casi inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial empezó a revivir el interés académico en Meyerbeer y las grandes óperas históricas francesas en general, lo que llevó a su reevaluación. A mediados de la década de 1970 se comenzó a volver a llevar a los escenarios sus obras… pero fueron sus óperas italianas, sus opéras comiques o versiones fuertemente editadas y abreviadas de sus grandes óperas. Estas últimas tuvieron que esperar hasta el siglo XXI para que siquiera se intentara revivirlas en sus escalas originales, principalmente en la Europa de habla alemana.

Uno de los mayores desafíos a la hora de revivir las grandes óperas históricas de Meyerbeer (y cualquier otra obra de ese género) es que son extremadamente ambiciosas y demandantes, no sólo en cuanto a la duración y escala de sus producciones y la complejidad de sus efectos especiales, sino también del virtuosismo de sus elencos… y, aunque logres montarlas, no hay garantías de que vayan a ser un éxito: las convenciones de la ópera han cambiado demasiado y no faltan críticos que se quejan de que no entienden que pudo verles el público en un primer lugar. Además, para que negarlo, como músico, Meyerbeer tenía sus defectos gravísimos.

¿Cómo puedo empezar a conocer su música?: Pues con la que alguna vez fue la gran mimada del público…


Notas:

[1] Vale la pena señalar que, aunque Meyerbeer logró terminar L’Africaine, no es la ópera que el compositor hubiese deseado ver estrenada: Meyerbeer acostumbraba hacer cambios y reescrituras importantes durante los ensayos de sus óperas, lo que quiere decir que la obra que tenemos no es lo que su creador hubiese llamado la versión definitiva.

[2] Con amigos como esos…

[3] Hay quienes atribuyen a Meyerbeer y a su editor la invención de la conferencia de prensa tal y como la conocemos: debido a todos los años que se tomaba para componer una ópera nueva, una estrategia que ellos idearon para mantener el interés del público fue, de cuando en cuando, llamar a los medios de comunicación para anunciar, con bombo y platillo, todos los avances que estaban haciendo en la composición. Esos dos, con ese mismo propósito, también convencieron a Balzac para que escribiera una novela corta que conectara con los eventos de Les Huguenots, la cual sería el primer ejemplo de un “tie in” de la Historia (si alguien conoce un ejemplo anterior, no dude en ponerlo en los comentarios).

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